Revista Espiritualidad

579.- 'Todo está unido entre sí, como la sangre que une a una misma familia. Todo está unido. Lo que acaece a la Tierra, les acaece, también, a los hijos de la Tierra'

Por Ignacionovo

579.- “Todo está unido entre sí, como la sangre que une a una misma familia. Todo está unido. Lo que acaece a la Tierra, les acaece, también, a los hijos de la TierraAutor: Gran Jefe Seattle Esta es la segunda entrega del blog dedicada a la espiritualidad de los indios norteamericanos. En la anterior, repasamos su 'Código ético tradicional' y hoy nos detendremos en  el decálogo de mandamientos, que determinaba tanto su comportamiento como sus modos de vida.
Desde la más temprana niñez un indígena indio aprendía a escuchar y a comprender el mundo que le rodeaba: el sol, las estrellas, el viento, el bosque, el río, los animales… Aprendía a convivir y a respetar las leyes de la naturaleza, percatándose de que la transgresión de cualquiera de ellas causaba dolor injustificado a otros seres vivos.
Los indios, a diferencia del hombre blanco, no eran “prisioneros" de sus casas de piedra y de sus ideas sobre la estructura del mundo. Los indígenas se sentían como una parte indivisible de la naturaleza; su hogar eran los bosques infinitos, las montañas rocosas, los lagos azules y las cascadas. La unión con la naturaleza era esencial en su existencia.
Cruzando un río en una piragua, caminando por senderos montañosos y boscosos, un indígena se sentía uno solo con el viento, con el agua, con las montañas y con las aves. Entendían que su cuerpo no era nada más que un fragmento pequeño del mundo material, no más importante que los pinos, que el viento o que las ardillas o los peces…
Para los indios, las fronteras entre el mundo real y el de los espíritus no estaban claramente definidas, pues ellos entendían que existía un "tercer mundo" de transición. Consideraban que el alma de los difuntos viajaba a otra parte del universo, donde disfrutaban de una existencia placentera, mientras desarrollaban las actividades cotidianas. Los antepasados que habitaban en el reino de los espíritus habían dado su vida por los que ahora están vivos; por ese motivo se debía sumo respeto a los muertos y a sus parientes vivos.
El chamán o hechicero estaba a cargo de la interpretación de los signos sobrenaturales contenidos en los sueños y visiones, provocados por los los ayunos y la ingesta de drogas, principalmente peyote, aunque el contacto de los fieles con sus dioses era, por lo común, directo.'Diez Mandamientos indios'

  1. Trata a la Tierra y a todos los que moran en ella con respeto
  2. Permanece cerca del Gran Espíritu
  3. Muestra un gran respeto por tus semejantes
  4. Trabaja junto a tus hermanos para el beneficio de toda la humanidad
  5. Brinda ayuda y amabilidad siempre que sea necesario
  6. Haz lo que sepas que está bien
  7. Vela por el bienestar de la mente y el cuerpo
  8. Destina una parte de tus esfuerzos para el bien común
  9. Sé sincero y honesto en todo momento
  10. Asume la plena responsabilidad por tus acciones

Reflexión final: "Guarda tu lengua en la juventud", dijo el jefe Wabashaw, "y en la vejez quizá madures un pensamiento que sea de utilidad a tu pueblo."


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