Mis hijos han tenido las cunas heredadas y, gracias a la generosidad de mi vecina, no tuve que hacer una inversión importante cuando me quedé embarazada pero, por otro lado, tampoco pude elegir, así que he tenido algunas necesidades con respecto a la cuna que se me han quedado por cubrir.
Pensando en este tiempo de uso, hay varios detalles importantes que he echado de menos en las cunas que me prestaron y que hoy en día tendría en cuenta si tuviera que comprar una cuna para mi hijo.
Que la cuna tenga ruedas
Parece una tontería, pero si estás sola en casa cuidando a tu peque y tienes que estar un rato en la cocina cocinando o en el dormitorio guardando la colada, es una buena idea poder desplazar la cuna de un sitio a otro para que no tengas que estar yendo y viniendo cada dos minutos a ver si tu hijo sigue bien.
También depende de como tú te organices en casa. Hay mamás que les resulta muy cómodo usar un pañuelo o una mochila portabebé y tener al peque “colgado” todo el día. Lo positivo es que con el run run de tu movimiento para arriba y para abajo por toda la casa se suelen quedar fritos. Lo negativo, para mí, fue el peso, que después de dos horas cargando al nene tenía los riñones hechos polvo. Para evitar esto, es muy importante que busques un portabebé ergonómico, tanto para el peque como para ti, que se sujete bien en la cintura y no cargue todo el peso sobre tus hombros. Yo utilizaba la mochila Manduca, pero aún así, después de dos horas, tenía que dejar al monstruito sí o sí.
Poner una minicuna en el comedor
Esto es una variante de la primera opción. Para no tener que mover la cuna arriba y abajo, hazte con una minicuna para el comedor. Así, durante la noche dormirá en la cuna de su dormitorio y, durante el día, en la minicuna del comedor, que tendrá ruedas y que podrás mover de habitación si te hace falta. Como en el primer caso, si eres una mamá “canguro” tu peque va a pasar mucho menos tiempo en la cuna, pero si en algún momento quieres dejarlo para que duerma un poco más libremente, si puedes usar esta minicuna para que te sea más fácil tenerlo controlado.
Que a la cuna se le quite una de las barreras
Yo he colechado con los dos nenes. Es decir, han dormido en nuestra cama por las noches.
Pero no ha sido un colecho 100% porque mis hijos se han movido siempre mucho y, a ratos estaban mejor en la cuna, a ratos estaban mejor en la cama. Cuando ya pasaron de los 3 meses, lo que hice fue quitar un lateral de la cuna y adosarla a la cama. Es importante que tengas esto en cuenta si tienes pensado que el peque duerma con vosotros porque, quizás cuando sea más grande os molestéis mucho en la cama y no podáis descansar bien.
Para mejorar el colecho, quité una de las barreras de la cuna y adosé la cuna a mi cama sujetándola por debajo del colchón a la estructura de mi cama.
Así, el peque dormía junto a mi, lo que facilitaba la lactancia y además le proporcionaba su propio espacio, por lo que podía moverse con más facilidad y su padre y yo no estábamos tan apretados.
Que la cuna tenga opción de balanceo
Esto es algo que he echado mucho de menos, pues la cuna y minicuna que me prestaron no lo tenían.
Los niños, en general, se duermen muy bien con el balanceo. Lo tengo comprobado porque sí tengo una mecedora y ahí me es mucho más fácil dormirlos.
Si la cuna me hubiera permitido el balanceo, hubiera podido dormirlos más fácilmente en muchas ocasiones.
Que la cuna sea regulable en altura
Otra de las características que he echado mucho de menos.
Cuando el nene es muy pequeño, si la cuna no es regulable en altura, es más complicado cogerlo y dejarlo en la cuna, pues lo tienes que bajar mucho. Esto es especialmente complicado si te estás recuperando de una cesárea o si has estado una hora para dormirlo y, al ser más complicado dejarlo en la cuna, se despierta.
Si tienes oportunidad, hazte con una cuna que tenga al menos 2 alturas. Una para los primeros meses, que tendrá a tu bebé más alto y otra posición para los siguientes, que lo tendrá más bajo para que no se pueda salir.
Que la cuna permita cambiar la inclinación del colchón
Esto también es una cualidad con la que mi cuna no contaba.
No me parecía algo importante hasta que el peque se puso malito y tenía muchos mocos. Los mocos no le dejaban respirar bien y no conseguía dormir de noche. El médico me aconsejó que le inclinara el colchón levantándole un poco la parte de la cabeza, de forma que la cabeza quedara más alta que el resto del cuerpo y así pudiera respirar mejor.
Tuve que hacer un invento colocando cojines debajo del colchón, pero se movía y le daba poca estabilidad, así que considero que una cuna con inclinación sería una característica que tendría en cuenta hoy en día, porque Leo está con mocos semana sí y semana también.
Si, definitivamente si hoy en día tuviera que comprar una cuna, antes comprobaría que dispone de todas estas características que me habrían facilitado la tarea de crianza un poquito más.
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