Cada día somos más y más las personas que nos inclinamos por dirigir un blog, escribir un libro y hasta compartir nuestras memorias; sin embargo, algo nos detiene cuando estamos frente a la pantalla blanca de nuestra computadora o a nuestra libreta vacía: el temor a comenzar.
Sigue estos seis fáciles consejos que te doy, desde mi perspectiva y propia experiencia. Te garantizo que liberarte de esa barrera que hoy te aleja de la escritura es más fácil de lo que tú crees.
- No te compares con otros escritores.
Es usual que al iniciar nuestra aventura literaria tendamos a compararnos con los autores que admiramos y pensemos “¡Pero si Vargas Llosa ya tocó este tema! ¿Qué puedo aportar yo?”. Recuerda que eres un ser único y ninguna persona ha vivido lo mismo que tú y, por ende, tu manera de transmitir tus ideas al mundo será única.
- Escucha las experiencias de personas cercanas.
Platica con tus seres queridos acerca de la historia particular de tu familia, investiga tu genealogía, quizá en ella encuentres un motivo para escribir, sea dramático o cómico. Haz un recuento de las mejores anécdotas y platícaselas a tu lector desde tu punto de vista y a tu manera.
- Observa a tu alrededor.
Conviértete en el más serio observador de tu entorno. Desde el asiento más escondido de una cafetería o la banca menos atractiva de un parque, puedes volverte el vigía y descubridor de decenas de historias. Solo mantén tus ojos abiertos y tu espíritu receptivo a lo que sucede. Toma notas, conecta con la vista y con la mente con esas historias que están esperando ser contadas por ti.
- Échate un clavado en la piscina de tus recuerdos.
Pudiera darse el caso de que te sientas intimidado o poco atraído hacia tu entorno. Pues bien: recurre a tus recuerdos infantiles y plásmalos. Hay una frase hermosa del autor Rainer Maria Rilke que dice «aun cuando usted se hallara en una cárcel, cuyas paredes no dejasen trascender hasta sus sentidos ninguno de los ruidos del mundo, ¿no le quedaría todavía su infancia, esa riqueza preciosa y regia, ese camarín que guarda los tesoros del recuerdo? Vuelva su atención hacia ella».
- Lee lo que te gustaría escribir.
¿Te interesa la novela? Lee novelas. ¿Te sientes inclinado por el relato? Lee libros de relatos. Empápate de la forma literaria en la que te gustaría perfeccionarte, claro, sin dejar de lado el resto. Es importante que seas un lector especializado en aquello que prefieres o que admiras. Leer no solo te dará ideas, sino que te colocará en una mejor posición para ejercer la autocrítica con mejores resultados.
- Pierde el miedo a los juicios ajenos.
Esta es quizá la barrera más alta que deben cruzar los autores noveles: el miedo. Te aseguro que una vez que te despojes del “¿Qué dirá mi pareja si lee mi poema?” o del inquietante “¿qué pensarán mis padres si escribo acerca de un tema prohibido?”, vas a escribir con la libertad que merecen tus pensamientos y tu inspiración. Ten siempre en mente el por qué escribes y aférrate a ese motivo.
Escribir, sea para ti mismo o de manera profesional, es una fuente enorme de satisfacciones. Date la oportunidad hoy. Visita y suscríbete a mi canal literario en YouTube para que estés al tanto de estos y mejores consejos relacionados con la escritura.
Cierro con una frase del genial Ernest Hemingway: “Una vez que el escribir se convierte en tu vicio mayor y en tu más grande placer, solo la muerte podrá detenerte”.
Por Alex M. Fourzan