En breve comienza una campaña electoral que nunca terminó de acabar, pero que aparece ahora con elementos nuevos a las anteriores citas electorales. En los últimos años hemos pasado del bipartidismo a un multipartidismo formado por cuatro actores con fuerza parlamentaria, abriendo ahora la posibilidad de un escenario en el que se añade, además, una emergente nueva fuerza política de corte ultraderechista. Realizar predicciones en este contexto no sólo es arriesgado, sino que además podría aparecer aventurado y poco riguroso. Lo que no cabe duda es que habrá una serie de variables que entrarán en juego y que, según su conjugación, ejercerán una enorme influencia en el resultado final que se produzca el próximo 28 de abril.
1. La cuestión territorial o la política de banderasCataluña, el 155 y el constitucionalismo. En la medida en la que el discurso de enfrentamiento desmedido de los nacionalismos (catalán y español) ocupe un mayor espacio en el debate electoral jugará a favor de aquellos que sean capaces de comunicar una posición más definida (¿radical?) al respecto. Es decir, a favor de aquellos para los que lanzarse banderas, quitar lazos, auto arrogarse la defensa de su (corta) visión de la constitución y la defensa de la unidad de España sean los únicos instrumentos vertebradores de su estrategia electoral. Parece evidente que esto será lo que procurarán las opciones ubicadas en la derecha de la escala ideológica partidista, que han visto un incipiente nicho de votos en el relato de la exaltación emocional de un sentimiento patrio en el que la mera opinión al respecto, fuera de la línea descrita, se entiende como crítica atroz y te posiciona, automáticamente, en el otro lado: traidores, separatistas, felones y vendepatrias. No hay nada que se entienda y funcione mejor que un discurso maximalista de blancos y negros, de buenos, muy buenos, frente a unos malos, malísimos. En el lado opuesto de este posicionamiento, la postura de dialogo y negociación de la izquierda querrá pasar de puntillas por este asunto, en el que no se siente cómoda, intentando contraponer el discurso de la gestión y avances sociales de las últimas medidas de Gobierno o los problemas de la pensiones y la lucha feminista. Que se impongan un tema como central u otro será determinante en la conformación de la mayoría parlamentaria el 28-A
2. La politica de bloques. Resurgir del eje izquierda-derechaSobre la cuestión anterior se configuran, obviamente, dos bloques que dividen a los partidos dentro del eje clásico izquierda-derecha y que tendrá consecuencias directas sobre las estrategias de campaña y los posibles resultados de las mismas. Aquellos que decían que la izquierda y la derecha eran cosa del pasado se darán de bruces con la realidad de esta campaña. Además, en el escenario multipartidista actual se da un contexto singular de alta movilización de esos dos bloques. Por un lado, la izquierda está activada ante la posibilidad de un resultado importante de la ultraderecha y, vista la experiencia andaluza, en esta ocasión no va a quedarse en casa sin votar. Por el otro, en la derecha el fuerte empuje de VOX y la competición (por primera vez) en este segmento ideológico por liderar este bloque mantiene a los tres partidos con una fuerte movilización de su electorado. La radicalización del PP buscando la fuga de votos hacia VOX, que no dejan de ser suyos, es una obviedad. Los primero socialdemócratas y luego modernos liberales, reformistas, centristas, constitucionalistas y feministas liberales que huyen de etiquetas al final se han posicionado en esta división clásica, como demostró la foto de Colón. De cualquier manera, pase lo que pase, parece claro que estaremos, por tanto, ante unas elecciones con una alta participación. Esto siempre ha beneficiado a la izquierda ¿será así en esta ocasión?
3. El orden en el resultado final y el trasvase intrabloquesEl resultado de los bloques determinará el futuro gobierno de España, parece de perogrullo, pero igual de importante será el orden y resultado final dentro de los propios bloques. Hasta este momento, en la derecha estaba ocurriendo lo que Errejón definió como competencia virtuosa en la que la división en tres partidos de la derecha no sólo no les restaba apoyo electorales, sino que, además de sumar más -y producto de la propia competición-, conseguían imponer en la agenda política sus temas arrastrando a la izquierda. Parecía que las elecciones nos llevaban irremisiblemente a la repetición del trifachito andaluz. Sin embargo, las últimas encuestas ponen de manifiesto que esa suma puede no ser suficiente (¿posible e intencionado underdog?) Y, por consiguiente, la pelea electoral en el espectro diestro se está disputando ya no con los indecisos sino con los posibles votantes del resto de partidos de derechas que puedan cambiar el sentido de su voto hacia otro del mismo segmento ideológico. Es decir, el posible cambio de voto de los electores conservadores dentro del bloque de partidos de derechas. Este trasvase de votos será crucial para determinar la ordenación de la derecha española y la posibilidad de que los posibles pactos se abran también a gobiernos interbloques. No será igual si C´s fuera primero de este bloque (no pactaría con el PSOE) que si fuera segundo (si sumara con el PSOE no sería descartable, por mucho que Rivera lo haya afirmado hasta la extenuación, ya sabemos del valor de su palabra), por poner un posible ejemplo. Algo similar ocurre en la izquierda, aunque en este caso el orden parece evidente: el PSOE aventaja claramente a un UP triste, alicaído, que quiere volver encontrarse... aunque ya se sabe que la política es un estado de ánimo y sólo hay que ver el que transmiten los lideres (que quedan) de la formación morada. La cuestión es que si el PSOE se decantara por una opción de gobierno progresista debería trata de crecer más desde el ámbito electoral de C´s que del de UP. Se trata de una cuestión meramente aritmética, para poder sumar con UP necesita que no se desmorone electoralmente.
4. Las circunscripciones electorales en nuestro reparto de escaños y el voto útil.Este contexto con 5 partidos cercanos y/o superiores al 10-15% de apoyo electoral es una situación nueva que, habida cuenta de las circunscripciones, puede hacer una escabechina de escaños en algunos lugares, fundamentalmente, de las provincias en las que se disputan un puñado más pequeño de diputados. El sistema d´Hont tiene efectos mayoritarios evidentes (le pueden preguntar a Izquierda Unida todos estos años) que podrían acentuarse con 5 partidos en una fuerte disputa. De ahí las apelaciones al voto útil que andan realizando las diferentes formaciones en las que, curiosamente, siempre lo más útil es votarlos a ellos, claro. Vemos así las ocurrencias de Casado pidiendo a VOX que no se presente en algunas provincias, la coalición que propone con C´s para el Senado o los diferentes vídeos informativos que ha elaborado cada formación en la que explica la utilidad y necesidad del voto. De cualquier manera, lo que parece evidente desde una lógica de suma de bloques, es que los partidos ganadores de cada uno de ellos necesitan, paradójicamente, que sus rivales en competencia directa sean fuertes para que también aporten los suficientes votos como para no tener que necesitar de otros apoyos fuera de sus propios bloques. Deben ganar, pero no a costa de la eliminación de su/sus posibles aliados en una futura conformación de Gobierno. Apelando a la utilidad del voto, trasladan la responsabilidad, entendida como culpabilidad, del resultado final al ciudadano. Si un ciudadano quiere votar útilmente deberá hacer un análisis de las posibilidades reales del resultado que pueda darse en su provincia concreta y observar en ese territorio cómo ayuda más el sentido de su voto a sus objetivos políticos.
5. Las listas electorales y ocurrencias varias.Los candidatos en las circunscripciones son la cabeza visible de los partidos en la elecciones. Cierto que en España tienen un papel menos relevante porque se venden la elecciones legislativas como si se tratara de un sistema presidencial, apartando de ellos el foco hacia los Sanchez, Casado, Iglesias y cia, pero no por ello deja de ser importante su papel en el proceso y resultado electoral. La elaboración de la composición de las listas electorales siempre supone un momento de fricción interna en los partidos. Es cuando aparecen los personalismos y florecen los enfrentamientos y luchas de poder más evidentes en las dinámicas internas de las organizaciones políticas. Se ha visto así, por ejemplo, en el caso del PSOE y el enfrentamiento de Ferraz con el PSOE Andaluz de Susana Díaz. Lo de UP y sus escisiones, dimisiones de políticos importantes y divisiones debe enmarcarse en la histórica y tradicional vocación suicida de la izquierda española. En C´s los fichajes regeneradores de otros partidos y el escándalo de pucherazos en sus primarias no son sino la exhibición de un más que nervioso Rivera que vive esta campaña como la (posible) ultima oportunidad de ser presidente y al que le están comenzando a crecer los enanos. Caso peculiar es el del PP que ha poblado sus listas con tertulianos, famosetes de medio pelo, toreros, "hijos de"... en puestos relevantes que cuestiona (muy) mucho la necesidad de cierta competencia política para ser representante de los ciudadanos. Parece una locura, pero igual en esta ocurrencia Casado acierta de pleno, ya se sabe que en el país del Sálvame todo es posible. El tirón electoral puesto al servicio de las audiencias televisivas. Más le vale que sea así porque en su partido ya alguno le está esperando con el cuchillo entre los dientes en caso de producirse un descalabro popular.
6. Fake news y cloacasLa propagación de noticias falsas, las disparatadas ocurrencias de unos partidos sin programa y de otros que están desbordados (y desnortados) por la posición electoral en la que se encuentran van a estar al orden del día en esta campaña electoral. Ya hemos visto el efecto del uso de las RRSS en la propagación de mensajes de odio y falsedades políticas ultras en las elecciones de Trump, Bolssonaro o el referéndum del Brexit. La manera en la que se aborden y la importancia que le otorguen los medios en la configuración de la agenda será fundamental en el papel que jueguen en el debate electoral y, por consiguiente, en la influencia que puedan ejercer en la decisión del voto y el posible resultado final. Por ultimo, la irrupción de la cloacas del estado, espiando y creando y difundiendo noticias falsas contra Pablo Iglesias para imposibilitar acuerdos entre PSOE y UP en las pasadas elecciones, es de una gravedad tal que atenta contra los principios más elementales del juego democrático. Pablo Iglesias y Podemos víctimas de los poderes políticos, económicos y mediáticos es una circunstancia que entronca perfectamente con su relato de formación política incomoda para los poderosos. Esta situación ha devuelto algo de oxigeno a UP en una carrera electoral en la que partía con una desventaja importante y los sitúa en un lugar desde el que construir su remontada particular. Veremos si es suficiente como para mantenerse como 3 o 4 fuerza política con un porcentaje de votos superior al 15% o por el contrario sigue la caída que vaticinan todas las encuestas.