Cada día más personas se acercan el Baby-Led Weaning como opción para dar continuidad a la capacidad para autorregular su alimentación de sus hijos. En el fondo, si la comida en purés y en cantidades medidas y variedades estrictas es una herencia de las décadas de lactancia artificial, antes de todo eso, antes de que se inventaran las batidoras, tenía que existir una manera diferente de hacer las cosas.
El Baby-Led Weaning es una opción fácil y natural pero a veces la falta de referencias a la hora de hacer las cosas o la falta de personas a las que acudir en caso de dudas puede llevarnos a dificultar el proceso o incluso a fracasar antes de empezar.
Durante los talleres y reuniones con madres, al hablar del tema de la alimentación complementaria autorregulada, he constatado que existen varios errores básicos en los que solemos caer muchas veces y que nos dificultan avanzar de una manera más fácil y fluida en todo el proceso.
Así que aquí os cuento uno de estos errores, por qué considero que no son la opción más apropiada y la alternativa que mejor ha funcionado en mi experiencia y que también les ha ido bien a otras mamás.
- Darle la comida en trozos pequeños para que no se atragante.
Pensamos que al ofrecer trozos pequeños los niños no se atragantarán pero
a) los niños de seis meses NO son capaces de coger trozos pequeños por si mismos, por lo que
b) se los tenemos que meter en la boca para que se los coman y
c) esto aumenta la posibilidad de atragantamiento al introducir en la boca del niño objetos pequeños cuando él no está preparado para gestionarlos ya que
d) hasta que los bebés no hacen la pinza no han adquirido las habilidades necesarias para gestionar (morder, masticar, mover por la boca y tragar) trozos pequeños.
- Preocuparse por las cantidades que come el niño.
Al igual que los bebés que toman lactancia materna son capaces de autorregularese, controlando las cantidades que comen y cuando las comen, los bebés son capaces de regular la ingesta de alimentación complementaria, adaptándola a sus deseos, necesidades, progresos y avances con los sólidos. No hay ninguna prisa ya que, hasta el año, la lactancia debería seguir siendo el alimento principal.
- Ofrecerle comidas que no tienen nada que ver con lo que comen los adultos.
El Baby-Led Weaning no consiste solo en que los bebés se autorregulen en la alimentación complementaria, sino que también es la base para asentar buenos hábitos alimentarios como comer en familia, compartir el momento de la comida como un punto de encuentro para contarnos cosas, hablar y ver qué tal nos ha ido el día.
Si nuestro hijo no se siente incluído porque lo ofrecemos alimentos diferentes, se dificulta la creación de este hábito.
Los bebés aprenden por imitación y si los hábitos de la familia en cuanto a alimentación no son los más adecuados, el bebé los aprenderá nos guste o no. Por eso no tiene sentido ofrecerle alimentos diferentes pensando en que son más saludables. En cambio, deberíamos aprovechar la ocasión para mejorar los hábitos alimenticios de toda la familia.
- Pensar en la comida solo como alimento.
Si la lactancia materna es un 10% alimentación y un 90% desarrollo cerebral, podemos decir, de manera análoga, que la alimentación complementaria -enfocada como Baby-Led Weaning- es un 10% alimentación y un 90% experimentación. Los bebés juegan con la comida, aprenden sobre colores, formas, pesos, texturas, olores y mucho más. ¿Por qué limitar esta amplia gama de oportunidades de aprendizaje solo a la comida?
- Preocuparse por la suciedad.
El Baby-Led Weaning es más sucio que otros tipos de alimentación, pero eso no significa que las madres que dan purésy alimentos triturados a sus hijos estén exentas de manchas y desorden. Mancha tanto un bebé que hace pedorretas con el puré o que lanza la cuchara como el niño que aparta varios alimentos para quedarse con uno solo.
- Asumir que los niños tienen que comer de todo.
Los adultos no comemos de todo. Nadie planifica sus comidas pensando en que hace dos semanas que no come berzas o que todavía no ha probado el pollo al curry. En cambio, solemos diseñar los menús eligiendo los alimentos que más nos gustan, nuestras técnicas de cocinado preferidas y buscando una alimentación variada y equilibrada.
Si nuestro hijo se niega a comer sistemáticamente un alimento no pasa nada. Si no come pimiento, da igual, siempre y cuando coma otras verduras y hortalizas. Si se niega a probar la pera, no pasará nada si come platano y manzana. Nuestra obligación como padres es poner a su disposición una oferta amplia, variada y saludable de alimentos. Si no come unos en favor de otros, siempre estará comiendo cosas sanas.