Revista Regiones del Mundo

6 meses de viaje: lo vivido, sufrido y aprendido.

Por Bere Munch @beremunch

6 meses de viaje: lo vivido, sufrido y aprendido.

6 meses viajando, 6 meses desde aquel 14.01.2013 día que nos fuimos de Berlin para empezar esta 2nda vuelta al mundo.

Como es debido cada que se alcanza uno cierto milestone, debo hacer una recapitulación sobre lo que estos 6 meses me han enseñado y lo que yo he aprendido, – que es muy distinto – lo que he sufrido y lo que me dejan.

6 meses de viaje

Lo que estos 6 meses de viaje me han enseñado

- He conocido África, con África he oficialmente puesto pie en los 5 continentes.

- He dormido en un desierto.

- He vivido el mundo musulmán.

- He visto una maravilla del mundo antigua y una nueva.

- He sobrevivido India.

- He visto los vestigios casi intactos de una civilización de más de 4000 años de antigüedad.

- He visto los colores y escuhado los sonidos el mundo Hinduista.

- He visto tigres en su hábitat natural.

- He conocido el país más hermoso que jamás pude imaginar, y es una pequeña isla.

- He descubierto que se puede alimentar un pueblo con cocos de 1001 maneras distintas, volveré a México a expandir el descubrimiento.

- Una elefanta me ha embestido enfurecida a mitad de una autopista.

- He visto un pueblo que adora ratas y les dan ofrendas, comida y leche por miles.

- He recorrido un país en Tuk Tuk.

- He estado en la ciudad sagrada para católicos y judíos.

- He visto leopardos en Sri Lanka.

- He estado en la ciudad sagrada para los hindúes.

- He vivido con una familia India en medio del campo, y sin entendernos logré reir a carcajadas con su pequeña hijita.

- He visto, hablado, alimentado y acariciado a decenas de mininos en 7 países disntintos.

leopardo en Yala Sri Lanka

… a este no.

Lo que he sufrido

- Una enfermedad estomacal marca diablo en la India.

- Un reencuentro con mis odiadas archienemigas: las sanguijuelas.

- El acoso desmedido, una presión cuasi-misógina por ser mujer, occidental y no usar velo en un país musulmán.

- Timos y rechazos al negarme a ser timada.

- 4 días de estrés por saber si el mosquito de dengue que le picó a Mat, tenía en efecto dengue.

- La noche más infernal en un autobus de tercera en un viaje de 14 horas por la India

piramides de Keops Kefren y Micerino Nombre de las piramides de Giza

Lo que he aprendido… de mi misma

- He aprendido que no soy la misma Bere que viajó hace 5 años.

- He aprendido que ya sé quién quiero ser, y ya sé qué quiero hacer, sólo me tengo que preocupar en cómo conseguirlo.

- He aprendido que cuando algo me molesta de mi misma, me pongo de malas, muy malas.

- He aprendido que en esta etapa de mi vida el cerebro no me para.  No soy reflexiva, soy muy proactiva.

- He aprendido lo que es emprender un proyecto propio para poder viajar y ganar dinero mientras viajo. Es mucho trabajo pero es una gran satisfacción poder cumplirlo.

- He aprendido que aún tengo viejos miedos, pero también algunos nuevos – muy respectivos a la edad-.

Atlas de Marruecos

Lo que he aprendido… del mundo

Lo malo….

Por vivir en el mundo occidental, las ideas de desarrollo y avance social que yo tenía, asumía y daba por entendidas como globales, fuera de este mundo western son totalmente falsas.

1. La idea mía, percepción social de que el individuo se libera cada día más en pensamiento y acto. El acceso a la información y a la ciencia lo despiertan. No consume ideas impuestas, tiene ansias de descubrir.

2. La idea de que el individuo de hoy puede que crea en un Dios, pero al hacerlo cada vez más rechaza y desecha las reglas impuestas de una institución religiosa obsoleta hace cientos de años, prefiere creer a su manera y pensar por sí mismo. FALSO.

El mundo sigue dominado por la religión y su institución. Barbárica, ridícula, extremista y excluyente, en cada pueblo tiene un nombre, una cara y un color distinto, pero sigue controlando a miles de millones de personas.

No es lo mismo verlo en la tele, que tenerlo en tu cara. En el nombre de la religión, pueblos siguen matando pueblos y creando guerras políticas en nombre de un Dios. Sucedió siempre y sigue sucediendo hoy (qué acaso no aprendemos… avanzamos ¿?).

Musulmanes vs. judíos, musulmanes vs. tamiles, budistas vs. tamiles, budistas vs. musulmanes,  extremistas de una ala vs. la otra… y eso nomás por donde pasé yo. ¿Pero qué clase de asco es esto?

3. La mujer. El roll e importancia de la mujer en una sociedad, ha avanzado mucho. Las mujeres en el siglo XXI valemos lo mismo en la sociedad que un hombre. FALSO.

Esta idea ha avanzado poco. Fuera de los occidentales, puedo decir que al menos lo que vi yo, entre más religioso es un pueblo la mujer es menos libre. Musulmanes, judíos, ortodoxos, hindús… la mujer en su casa y detrás de su puerta. Nada más. Sin voto, ni voz,  y muchas muchas veces sin cara. Te casas joven , pares, crías y te callas. ¿Pero de verdad?

Lo bueno…

En esta vorágine global del turismo en masa, hay una esperanza y un lado bueno. El turismo responsable puede -tal cual- SALVAR el mundo, el turismo en masa descerebrado e irresponsable puede acabar con él.

El turismo descerebrado, culpa tanto del país huesped como de los invitados, está destruyendo irremediablemente lugares naturales e históricos, monumentos de gran valor. Hordas, miles de turistoides que llegan tocan, desechan, ensucian, respiran, destruyen y se van.

Gobiernos que permiten la explotación y el lucro desmedido de una industria truística que en realidad beneficia a unos pocos grandes de industrias extranjeras millonarias y corrompe al pueblo local.

No tengo para dar trabajo a todos: pero vivan del turismo y saquen lo que puedan, yo hago como que no miro…

y eso hacen.

Alguien que viaja y abre los ojos cambia su visión del mundo, abre la cabeza y el espíritu, piensa y no juzga. Queremos que la gente viaje, pero que viaje con cabeza. Hay que enseñar a la gente a ser turista responsable.

El turismo en masa descerebrado no puedo cambiarlo, pero quiero creer que puedo ayudar a cambiar a un turista, a un viajero a ser responsable. Así que de ahora en adelante me empeñaré en eso: enseñar que con pequeñas cosas puedes ser un turista responsable, y de verdad, puedes cambiar el mundo.

Consume local, beneficia a la gente del lugar, paga por cultura, paga por naturaleza, paga por turismo sustentable, rechaza los sobreprecios, y exprésale a la gente local lo que no te gusta – si, quéjate-,  diles qué te gustaría, qué es lo que quieres y por lo que estarías dispuesto a pagar…

Pero sobre eso, escribiré luego en orden y con calma. Haré un manifiesto y comenzaré mi cruzada vs. el turismo descerebrado.

Esa misión es lo que estos 6 primeros meses me han dejado…

…eso y el inmenso gusto de sentirme un ser pensante, despierto y autoconsciente del lujo que es su existencia, totalmente libre:

muy viva.

Lo ví, no me lo contaron.

Lo ví y te puedo decir que el mundo no es como te lo cuentan, ni siquiera en este blog.

El artículo 6 meses de viaje: lo vivido, sufrido y aprendido. apareció en Sin Destino Fijo.


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