1) Saluda
Este es el comienzo de la oración: reconocer la presencia de Dios, en tu día a día tómate un momento para reconocer
en la presencia de Quién estás. “Paren y reconozcan que soy Dios”
2) Se tú mismo.
Muchas personas piensan que para orar tenemos que estar parados como estatua con las manos juntas piadosamente, nosotros fuimos creados por Dios y Él quiere que tengamos una relación con El, no quiere que copiemos a los santos del pasado, Él quiere que seas tú mismo porque te dio tus propios dones, pasiones y quiere brillar a través de ti.
3) “Enséñanos a orar” (Lc 11,1).
Sus discípulos de Jesús le pidieron a El que les enseñe a orar , y Jesús les enseño, entonces nosotros también debemos pedir a Jesús que nos enseñe a orar porque Él nos escucha. “Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá la puerta.” (Mt 7,7)
4) ¡Frena!
Vivimos en un mundo en donde los medios de comunicación y las redes sociales pueden distraernos de nuestra relación y conversación con Dios.
Toma 10 minutos de tu tiempo cada día y en lugar de dedicar ese tiempo a Facebook o a la tv.
5) Mantenla viva.
Tu oración no puede ser muerta dale vida ya que ella afectara las otras áreas de tu vida “Dichoso el hombre que no va a reuniones de malvados, ni sigue el camino de los pecadores ni se sienta en la junta de burlones, más le agrada la Ley del Señor y reflexiona ella habitualmente. Es como árbol plantado junto al río que da fruto a su tiempo y tiene su follaje siempre verde. Todo lo que él hace le resulta” (Sal 1,1-3)
6) Deja transformarte.
La oración debe ser practicada y perseverada en nuestra vida, para así mejorarla y llegar a Nuestro Señor Dios.