Tengo que reconocer que aunque muchas veces preferiría acudir a un puesto de trabajo, con mi oficina, mis compañeros, mis cafés de media mañana, agradezco haber tenido la suerte de disfrutar de unos pequeños placeres que de otra manera no habría podido:
1.- Levantarnos tranquilamente, tirarme con ellas en la cama y hacernos cosquillas antes de empezar a desayunar.2.- Lavarnos las 3 los dientes en el espejo, jugando a ver quién hace la cara más fea.3.- Dejar a Blanca en el cole, e irnos con tiempo andando y paseando hasta la guardería, mientras nos hacemos confidencias ( aunque yo no la entienda ella me las hace).4.- Tomar un café con las mamás del cole ( reconozco que siempre dije que no lo haría.. Ay... Cómo cambia la película!!!).5.- Recogerlas por la tarde, y poder decidir: a qué parque nos vamos hoy.
6.- No tener prisa por acostarnos, y poder leer un cuento.
Son pequeños detalles que "llenan" mi día a día, y desde aquí reivindico el placer de hacerlos. Se nos olvida que la vida está para disfrutarla, bebiéndola a pequeños sorbitos. No quiero ver la vida de mis hijas pasar rápida, sin haberme dado cuenta de todos y cada uno de los detalles.
Cuando nos damos cuenta es tarde, y no quiero echar la vista atrás, y no tener recuerdos.
Algunas veces se puede, pero otras muchas no, y nos dejamos llevar por la vorágine en la que vivimos. Así que.... Stop.Paremos, miremos en qué se están convirtiendo nuestras vidas. Reduzcamos el ritmo y aprovechemos todos esos pequeños placeres que la vida nos regala. Aprendamos a mirar más allá de lo que nuestros ojos ven... Miremos con el corazón, o con la mirada de un niño. Visualiza qué te hace feliz, y qué hace feliz a los tuyos... Y sin más tardar: Lánzate a vivir la vida mirándola con otros ojos.
Cada uno tiene que encontrar los suyos... Pero eso sí... Que entre todos tus placeres haya motivos para no dejar de sonreír.