Revista Coaching

6 técnicas de Aikido para responder a los ataques verbales

Por Uncafelitoalasonce

Tardas en leerlo de 6 a 10 minutos

“Herir a un oponente es herirse a uno mismo. Controlar la agresión sin causar heridas es el arte de la paz”. Morihei Ueshiba, fundador del Aikido

Aikido By The Sea.

¿No sería genial usar los ataques personales para tu propio crecimiento?

Hay personas que tienen una especial capacidad para defenderse de los ataques verbales. Otras, sin embargo, nos quedamos sin palabras ante algo que nos ha molestado o símplemente no somos capaces de reaccionar como nos gustaría. Luego, ya más calmados, se nos vienen mil y una frases que podríamos haber dicho y que no hemos sido capaces de articular.

Es una situación muy común, tanto en el trabajo, como en nuestras relaciones personales de cualquier índole. Como en todo, hay gente con un talento natural para resolver estas situaciones, pero los demás también podemos aprender a solucionarlas aprendiendo ciertas técnicas.

El Aikido es un arte marcial que consiste en “la búsqueda de la armonización/ neutralización del contrario en situaciones de conflicto, dando lugar a la derrota del adversario sin lastimarlo, a menos de ser necesario; propiciando la educación del instinto propio, y la auto-reflexión / evolución del oponente. En lugar de destruirle o humillarle; buscando a su vez el propio el crecimiento personal” (Wikipedia).

¿No te parece una interesante idea de lidiar con los conflictos? ¿Se podría aplicar a nuestro día a día? Veamos cómo.

Hay 6 técnicas de Aikido que se aplican para responder a un ataque, y que también se pueden aplicar a responder a un ataque verbal:

Hasta aquí no hemos hecho nada más que posponer el problema o lo que es peor empeorarlo. Veamos la sexta alternativa.

Técnica de Aikido.

Alguien nos ataca personalmente y nosotros usamos su ataque para ver las cosas desde su punto de vista. Usamos su energía para girar con el y ponernos a mirar en la misma dirección. Ofensa: “Pero mira que eres vago, no has recogido eso y esto está sin hacer”. Respuesta: “Estoy de acuerdo, no hay nada que moleste más que esperar que algo esté hecho y no lo esté, sobre todo cuando eso tenía que haberlo hecho yo. Entiendo perfectamente que estés enfadado”. Esta es, en la gran mayoría de las ocasiones la mejor respuesta a un ataque verbal.

En general, muchos de los ataques verbales no son más que una petición de ayuda. La otra persona está disgustada por algo y lo expresa de una forma que nos puede resultar ofensiva. Con el Aiki, podemos ayudarles de forma que no nos sintamos atacados. Se trata de ver las cosas desde su punto de vista. Ojo, no se trata de estar de acuerdo porque sí, sino solo de tratar de ponerse en su lugar y entender lo que la otra persona siente. Tras una respuesta tipo Aiki, es muy posible que la otra persona perciba que su ataque no ha causado el efecto que esperaba. Es entonces cuando, dependiendo de quien lo haya hecho, debemos tratar de reconducir la situación. Podemos establecer contacto físico, o visual o acercarnos. Eso sí, lo importante es no sobreactuar. Ni que parezca que nos hemos leído una guía de autoayuda (porque eso no haría más que enfurecer aún más al otro) ni humillarnos diciendo lo malos que somos y que todo es culpa nuestra.

Por ejemplo: Ofensa “Pero mira que eres vago, no has recogido eso y esto está sin hacer”. Respuesta, “Claro tu tenías esperanzas puestas en mi, y al no verse satisfechas, estás desarrollando una ira que realmente no se corresponde con lo que sientes y que estás usando para atacarme”. La respuesta más normal a esto sería: “Mira, vete a tomar por culo y deja de leer chorradas”.  Cuidado con sobreactuar.

Se trata de ver las cosas desde el punto de vista del otro, no de parecer condescendiente. Es difícil saber qué respuesta exacta dar, porque depende mucho de nuestro interlocutor, pero creo que queda clara la idea ¿no? Por supuesto, el Aiki no va a funcionar, a no ser que realmente queramos solucionar los problemas. Si lo único que queremos es jugar al despiste eso es una técnica de distracción y no Aiki.

¿Cuándo usar el Aiki? En general, la mayoría de las ocasiones son propicias para usarlo (como en una discusión de pareja), porque nos ofrecen una situación en la que los dos vamos a ganar. Tratar de ver las situaciones desde la perspectiva del otro es bueno, aunque no se esté de acuerdo con su punto de vista. Eso sí, si un ataque no se corresponde con nada objetivo, y solo busca hacer daño de forma gratuita, entonces habrá que sacar las uñas.

Uniendo la técnica Aiki y sabiendo expresar nuestras necesidades con una comunicación no violenta, tendremos dos armas muy poderosas para tratar de enfrentarnos a esas situaciones incómodas que se nos presentan con cierta frecuenta.

¿Cómo os defendéis de los ataques verbales? ¿Habéis usado o han usado con vosotros algo parecido al Aiki en alguna de vuestras discusiones?

Nota: Hay un libro titulado “COMO DEFENDERSE DE LOS ATAQUES VERBALES” (que no he leído) que os puede resultar interesante.





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