The Beatles durante aquel concierto de su primera gira por EEUU en 1964
En agosto de 1964 Los Beatles llevaron a cabo su primera gira por EEUU. Son sesenta años, parece mucho o poco, según. En aquellos años, en la década de los sesenta del siglo pasado, el racismo estaba perfectamente implantado en la sociedad estadounidense, de hecho, las declaraciones o actos antirracistas protagonizados por blancos eran una rareza. En 1964, cuando Los Beatles llegaron, se negaron a tocar ante una audiencia segregada
Hacía unos meses que gran parte de las leyes de separación racial habían sido abolidas, aunque eso no borró el racismo de la sociedad estadounidense. Los blancos que no lo eran apenas ejercían de antirracistas, entre otras cosas por la presión de los muchos grupos supremacistas que existían (existen). En este contexto, casi recién llegados a EEUU, en septiembre de 1964, Los Beatles tenían que actuar en Jacksonville, Florida, pero al enterarse de que los blancos estarían en una parte del recinto y los negros en otro, los cuatro dijeron que no, que en esas condiciones no tocaban. Había que ser muy valiente…
La decisión fue instantánea y unánime: “No vamos a aparecer en el escenario si no se permite a los negros colocarse donde les dé la gana”, dijeron tajantemente en un comunicado unos días antes del 11 de septiembre de 1964, fecha delconcierto. “Jamás hemos actuado para audiencias segregadas y no vamos a empezar ahora. Preferimos perder el dinero”. A pesar de que los organizadores se tiraban de los pelos, no se podía decir más claro. Y es que, además de sus sentimientos absolutamente contrarios a la discriminación, los cuatro Beatles eran unos vehementes y abiertos admiradores de los grandes músicos negros, a los que tenían por sus principales referencias artísticas. La idea de menospreciar al negro era para ellos inconcebible.
Un locutor de radio llamado Larry Kane acompañaba al grupo en aquella gira. “Dijeron muy claramente que si el público iba a estar separado no se presentarían. Los cuatro fueron rotundos y se mostraron inflexibles en este aspecto. Fue muy sorprendente que cuatro chicos tan jóvenes tuvieran tan fuertes convicciones y que lo mostraran tan valiente y abiertamente a pesar de que sabían que tal postura irritaría a muchos estadounidenses”, dijo Kane.
Una mujer negra, la doctora Kitty Oliver, tuvo la (inmensa) suerte de asistir a aquel histórico concierto siendo adolescente. Al entrar pensó que le iban a ordenar ir el sitio desde el que ver la actuación (siempre el peor, claro), pero nadie se le acercó, nadie le dijo nada. “Entré con los codos pegados al cuerpo para no rozar a nadie, pues me vi sola en un mar de caras blancas. Pero me coloqué donde quise. Al empezar el concierto el público, blanco y negro, se puso en pie al unísono, gritando y saltando. Empezó a sonar el ‘She loves you’. Me olvidé de todo y canté todo lo fuerte que pude. A mi lado había un chico blanco muy joven que bailaba y cantaba a la vez que yo. Cantamos juntos, sólo existían los Beatles. A la salida vi a otros negros, nos miramos sorprendidos porque nadie nos había dicho nada por estar mezclados con los blancos”.
El concierto estuvo envuelto en la tormenta. Literalmente, porque el huracán Dora azotaba las costas de Florida, y aunque había pasado lo más fuerte el día del concierto, aun había terribles ráfagas de viento, así que los timbales y tambores de Ringo fueron clavados al suelo. A todo esto alguien dijo que el batería era judío y hubo amenazas de muerte. Sin embargo, no se produjo ningún incidente de carácter racista durante el concierto. Tocaron después de dos grupos de negros y otros dos de blancos, media hora, doce temas.
Aquello fue un precedente, pues a partir de ese momento sus contratos incluirían una cláusula antirracista. En el año 2011 se subastó y se vendió (por 23.000 $) el contrato del concierto de Beatles en San Francisco en 1965 en el que se especificaba en uno de sus puntos: “No se obligará a los artistas a actuar ante una audiencia segregada". Años después Paul recordaba: “Carecíamos totalmente de prejuicios raciales. No íbamos a tocar ante audiencias segregadas. Los cuatro compartíamos esta actitud, y por eso jamás nos planteamos actuar en Sudáfrica o en cualquier otro país donde los negros fueran discriminados. Nuestra forma de pensar era muy simple, ¿por qué separar blancos y negros?, eso es una estupidez”. Y añadía: “Fuimos inteligentes e hicimos lo correcto. En Liverpool tocábamos muchas veces con grupos negros y con público blanco y negro”. Luego añadió: “Creo que aquel fue el primer concierto para un público no segregado. Luego nos aseguramos de que nuestros contratos incluyeran una cláusula que impidiera separar. Nos parecía de sentido común”.
Hoy puede parecer que aquel gesto de los Beatles en 1964 fue poca cosa, pero había que ser muy valiente para situarse frente de los abundantes y muy poderosos grupos racistas que había entonces allí. Es este otro aspecto en el que los Beatles se adelantaron a todos, incluso a su tiempo.
CARLOS DEL RIEGO