Es fácil imaginar que seguir una alimentación más saludable e inteligente pueda beneficiar a cualquiera. Pero, beneficiar, ¿cómo, exactamente?
Por de pronto, mi concepto de alimentación saludable e inteligente implica cuatro premisas básicas:
1) Seguir unos hábitos alimenticios adecuados (por ejemplo: masticar bien la comida). Porque no sólo importa lo que comes sino cómo lo comes.
2) Combinar adecuadamente los alimentos (evitar, por ejemplo, mezclar legumbres con cereales). Para evitar problemas digestivos y la formación de toxinas (que causan enfermedad y envejecimiento).
3) Comer alimentos integrales en vez de comestibles refinados. Los alimentos integrales curan, dan energía, equilibran y contribuyen a tu armonía física y mental. Los comestibles refinados promueven todo lo contrario.
4) Gestionar amorosamente las emociones y desarrollar una actitud mental positiva (de poco te servirá alimentarte saludablemente si vives instalado en el conflicto o marcado en tu día a día por el miedo).
Desde mi experiencia personal y profesional, puedo confirmarte que, en la medida en que se cumplan estas premisas, conseguirás los siguientes beneficios:
1) Mejorarán notablemente, o incluso desaparecerán, tus problemas digestivos.
2) Alcalinizarás tu sangre. Uno de los pilares sobre los que se asienta la salud del ser humano.
3) Irás alcanzando progresivamente mayor vitalidad y juventud (la juventud no es un número, es un estado del cuerpo, de la mente y del alma).
4) Tus achaques y tus enfermedades irán desapareciendo con el tiempo, pues todos ellos tienen dos denominadores en común: conflictos no resueltos en tu vida y exceso de toxinas en tu organismo.
5) Notarás cómo todos esos cambios van influyendo positivamente en tu estado de ánimo. La abundancia de energía y el sentir que tu cuerpo funciona adecuadamente te permitirán encarar la realidad de un modo más sereno y constructivo. Tu carácter se volverá más equilibrado (recordemos que Somos lo que comemos).
6) Tu peso se equilibrará (en la medida en que te vayas liberando de las toxinas y de los conflictos que lo desencadenan).
7) Irás comprendiendo, y sintiendo, la relación entre alimentación, emociones, pensamientos y actitud. Y esa toma de conciencia sobre ti mismo te permitirá poder gestionar de una manera más constructiva tu propia vida. Lo que, a su vez, se traducirá en un mayor grado de armonía, bienestar y felicidad.
Sobre el Autor
Carlos Lacomba Verdés , educador para la alimentación, la salud y el bienestar; especializado en el origen emocional de las enfermedades y en desarrollo personal .
Contacto : [email protected]
www.saliment.es