No hay nada que Marisa no sepa sobre el mundo editorial y por ese motivo nos hemos dirigido a ella. En cuanto le propusimos este “7 contra 1” se prestó a ello sin dudarlo, lo que le agradecemos profundamente porque para nosotras supone un honor, un lujo y un placer.
Así que no os perdáis esta interesante entrevista pecadora...
Lady Soberbia:
- Para los lectores reacios, que aún son más de los que debieran, ¿cómo les animarías a probar la soberbia literatura romántica?
Les sugeriría una novela que me parezca sobresaliente y les diría que se relajen, lean y gocen.
Lady Avaricia:
- Como editora, estás rodeada de historias y libros, ¿eso te quita las ganas de acumular libros en tu casa?
La verdad es que sí. Trato de conservar solo los libros que pienso que querré leer de nuevo. Los otros los regalo.
Lady Envidia:
- Llevas mucho tiempo al frente de la sección de romántica de B; imagino que serán ya muchos los años que llevas buscando buenas autoras de romántica para publicarlas bajo el emblemático sello romántico de la editorial. Sin duda, algunas han alcanzado más éxito que otras, pero ¿cómo se digiere la envidia cuando ves que un libro romántico de dudosa calidad como Cincuenta sombras de Grey se convierte en el pelotazo del año?
He tenido un momento de envidia, sí, pero duermo muy bien… Ja ja ja!
Lady Ira:
- ¿Cuál es ese momento en el que dices "ya está, voy a acabar con el mundo y que se agarren todos las pelotillas"? Por que todas tenemos alguno.
Cuando alguien me miente. Cuando advierto que quieren manipular mis sentimientos, en una novela o en la vida real. Cuando veo indiferencia o pereza ante el sufrimiento ajeno. Tengo muy poca paciencia con la falsedad y la maldad.
Lady Lujuria:
- ¿Qué es lo que más valoras, o lo que te impulsa, a la hora de elegir un manuscrito romántico-erótico como nuevo libro de la colección de la editorial que representas?
Lo que más valoro es que la historia enganche, que entre los protagonistas haya verdadera química, que el sexo no sea traído de los pelos, y que no haya escenas de mal gusto o que degraden a la mujer o a ambos.
Lady Gula:
- Sexo y gastronomía caminan juntos en muchas escenas eróticas, ¿nos sentimos un poco como Hannibal Lecter y de verdad subyace el deseo de devorar al otro?
Cuando vemos un bebé hermoso decimos “te comería todo”… Y cuando éramos bebés, nos queríamos comer el mundo metiéndonos todo lo que teníamos a nuestro alcance en la boca… El beso es una sublimación del mordisco. Somos muy orales, y no me extraña que deseemos devorar. Pero en la fantasía.
Lady Pereza:
- ¿Cual ha sido tu momento más perezoso como editora?
Si te refieres al algo que me da mucha pereza hacer, es leer algo por obligación y no por gusto. Sobre todo si por algún compromiso, me toca leer algo que considero aburrido o mal escrito. Por suerte, me encantan los libros que edito y los leo con placer.
Lady Soberbia:
- ¿Cuál es el libro o libros más soberbio/s de tu biblioteca particular?
En romántica, la serie Wallflowers de Kleypas, ELLA ES TAN DULCE y ESTE CORAZÓN MÍO de Susan Elizabeth Phillips, entre muchas otras novelas de ella que me encantan. CALLE DUBLÍN es un libro que releeré cuando necesite levantar el ánimo en un fin de semana gris… Me gustó mucho la novela de época LA SEÑORA PARKINGTON de Louis Bromfield, que leí cuando era adolescente y que Lumen acaba de reeditar. También me encanta la novela negra, sobre todo Andrea Camilleri, Patricia Highsmith y Michael Connelly.
Lady Avaricia:
- Si en lugar de Lady Avaricia, yo fuese el Hada de la Avaricia y te concediese un “deseo avaricioso” ¿qué te gustaría tener en cantidades desmesuradas?
Mucho dinero. Después veré que hago con él, pero tengo buenísimas ideas!
Lady Envidia:
- De los manuscritos que llegan a tu mesa imagino que hay muchos que rechazas y no llegas a publicar, ¿sientes mucha envidia si resulta que después alguno es aceptado por otra editorial y alcanza un considerable éxito?
Sí, la verdad es que lo paso mal. Si no lo dijera pecaría de falsedad, uno de los pecados que detesto.
Lady Ira:
- Si llegase el Apocalipsis ahora mismo, ¿a quien tirarías de cabeza por la boca del infierno y por qué?
A los maltratadores de los débiles. El problema es que son muchísimos.
Lady Lujuria:
- A nivel personal, y sin tener en cuenta en la respuesta la línea editorial de tu empresa, ¿qué prefieres en una novela romántica: sexo explícito o el típico "fundido en negro" de la novela sentimental?
Me gusta el sexo explícito cuando lo piden la historia y los personajes, y en ese caso me gusta que esté muy bien narrado. La línea entre lo erótico y lo ridículo puede ser muy tenue, y en esos tramos el escritor está en la cuerda floja. Un ejemplo de libro con sexo explícito que me ha gustado mucho últimamente es CALLE DUBLÍN. El sexo menos explícito de la novela sentimental también me gusta, pero nuevamente depende de la historia y muchísimo, de la calidad de la pluma.
Lady Gula:
- En los últimos tiempos han aparecido una serie de novelas cuyas tramas giran alrededor del té, el café, los dulces (por ejemplo, los cupcakes), las especies... ¿a qué se debe este fenómeno?
A que las mujeres tenemos el corazón muy cerca de la cocina… ¿qué mujer no recuerda las charlas con su madre, su abuela o sus amigas en la cocina? Es un lugar de confidencias. Y una manera muy femenina de dar amor (masculina también, pero menos, no sé si será algo cultural o innato) es preparar algo con cariño pensando en otro.
Lady Pereza:
- ¿Crees que es cierto aquello de que los editores sois escritores frustrados o a ti te daría pereza escribir?
Hay tantos tipos de editores como de médicos o abogados, así que es difícil generalizar… Muchos editores terminan por escribir, algunos de ellos tras una vida en la edición… Otros alternan la edición y la escritura, o lo hacen al mismo tiempo. En mi caso, a veces fantaseo con escribir y he ido a algún curso, pero siempre lo he hecho pensando en “mis” autores y en cómo ayudarles a mejorar sus textos. No sé si escribiré algo en el futuro, pero si lo hago será porque me sienta realmente motivada. Lo que sí tenemos claro los editores es que poca gente puede vivir de la escritura, y poquísima, pero poquísima, se hace rica escribiendo.