¡Hola bigotudos! Como podéis ver, estos días estoy muy creativa. Si el otro día os traía un post hablando sobre cómo puede un autor provocarte un ataque al corazón, hoy os traigo una entrada especial San Valentín. Ya que no todos en la vida tienen suerte en el amor, he decidido compadecerme con la gente soltera y orgullosa de ella escogiendo o intentando encontrar siete cosas que jamás ocurrirán en los libros románticos.
1. Un primer beso normalito. Como lo leéis. Nuestros queridos autores son capaces de narrar las escenas de besos más bonitas del mundo mundial y más increíbles del mundo mundial. Pero no he leído ni un solo (o casi ni un solo) primer beso normal y corriente. De esos que te sorprenden, aunque sea un simple pico. Siempre tienen que adornarlo todo, con miles de sentimientos que se apoderan de ti. Cuando seamos realistas, en ocasiones esas mariposas en el estómago no aletean con cualquiera. Y menos en el primer beso, que suele ser lo más desastroso del mundo.
2. Que los protagonistas y nuestro ship hagan el amor a la primera. Con esto me refiero a que, una vez ambos están seguros de que es lo que quieren, y se deciden a hacerlo, siempre, y repito, SIEMPRE, ocurre algo en el momento oportuno. Queridos autores ¿Por qué narices no dejáis a nuestro ship fav consumar su amor en paz y tranquilidad cuando ya están preparados? ¿Por qué siempre metéis dramita al asunto? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?
3. Uno de los dos miembros de la pareja nunca será aceptado a la primera por los padres del otro. Si hay que meter un antagonista en la novela. Algo que evite que la relación salga bien a la primera, ese algo son los padres. Sí, como lo leéis. Suelen ser el mayor obstáculo al principio de la historia, el más fácil de recurrir. "¿Cómo hacemos que nuestros amantes no puedan conseguir lo que quieren? Veámos lo que hizo Shakespeare...¡Oh, sí! ¡Ya sé!". Y si la pareja es LGBT* la cosa se complica, siempre hay un padre o una madre que no respeta la orientación sexual de su hijo/a.
4. No habrá parejas feas. Al menos uno de los dos será guapo, sí o sí. Seamos sinceros, ¿cuántas parejas os habéis topado en la literatura romántica en la que ambos protagonistas sean cardos borriqueros? Emm... hagamos recuento, vale, en este la chica era fea, en esta el chico, pero hummm, la chica se llamaba Bella. Wow. Las parejas se reducen a cuatro contadas, diez como mucho y lo cierto es que no se me pasa ninguna novela por la cabeza con ambos miembros de una pareja poco agraciados.
5. Jamás habrá crushes inalcanzables. Esta sí que puedo afirmar al 100% que no he leído un solo libro donde el protagonista/la protagonista no consiga a su crush al final del libro/trilogía/tetralogía/saga/loquesea. Siempre. SIEMpre. SIEMPRE. Acaban juntos. Y me hace mucha gracia, porque en sus orígenes, el término crush, se refería a esa persona a la que adoramos en privado y que sabemos que jamás podremos tener por el motivo que sea, un crush era un ídolo, un amor platónico e inalcanzable y es gracioso como ha ido derivando a que crush sea una persona que te gusta con la que en realidad si hay posibilidades. Y en los libros se ve cada vez más esta segunda definición. Cierto es que en algunas ocasiones quien era el crush al principio del libro, deja de serlo y al final nuestro/a prota acaba con otra persona, pero en fin, esto lo veremos más adelante.
6. Una primera vez realista. Sé que este es similar al primer punto que trate, pero necesitaba soltarlo. He leído UN SOLO LIBRO en toda mi vida- y ya era hora- en que la autora reconoce que la primera vez para las mujeres no es tan camino de rosas como lo suelen pintar. La primera vez duele, sueles sangrar y puede ser posible que tengas que parar, y también puede ser posible que te topes con un capullo que mire por él y que te diga que te aguantes. Probablemente os indignéis leyendo esto pero pasar puede pasar. No es por asustar a la gente. Pero es cierto que las relaciones sexuales primerizas están muy idealizadas en las novelas románticas, demasiado.
7. Los finales felices, siempre serán felices, nunca (o rara vez) se torcerán. Esto es algo que también está muy visto en la Literatura, los happily ever after, los libros en los que las parejitas acaban felices, casadas y con hijos (incluso las tóxicas, cosa que no me gusta nada). Cierto es, y doy las gracias a quien haya sido el pionero, que hay algunas veces que todo acaba patas arriba para sorpresa del lector. También es verdad que acabas con un sentimiento agridulce y no terminas de comprender si te ha gustado ese plot twist del final o si te dan ganas de asesinar a quien lo ha escrito.
Muchísimas gracias a Laura,la cuñada más bonita del mundo,por ayudarme con la entrada. ♥
¿Qué os ha parecido el post? ¿Os ha gustado? ¿Se os ocurre alguna cosilla más que jamás veremos en un libro romántico? ¡Contadme!
PD: Estád atentos porque mañana os traigo una sorpresilla al blog. ;)