Revista Deportes

7 cosas que un entrenador nunca debe decir

Publicado el 16 junio 2014 por Álvaro Pedroche Arcones @FitnessAsesores

¡Muy buenas amig@s! En esta ocasión este post va dirigido sobre todo a mis compañeros de profesión. Voy a hablar de lo que nadie quiere oír cuando va al gimnasio (aunque siempre hay excepciones).

A mucha gente ya de por sí le cuesta levantarse del sofá y ponerse a entrenar. Pues bien, si el entrenador o monitor no le motiva (o incluso lo desmotiva) perderemos un cliente y, lo más importante, habremos vuelto a convertir a esa persona en sedentaria…

Vamos a ver lo que nunca deberíamos decir tanto en la sala como en las clases.

1. Anticipar lo durísima que va a ser la clase.

Ya he pagado la clase, estoy preparado, y si la clase va a ser o no dura, lo descubriré yo solito pasados 60 minutos. Avisar de esto nos crea unas expectativas y, si la clase de veras ha sido dura, no habrá cambiado mi pensamiento pues es lo que me habían avisado. Mientras que si el entrenamiento no me parece duro, no habrá llegado a la expectativa que tenía en un principio, y seguramente no volveré a esa clase.

2. Decir que el entrenamiento está a punto de acabar cuando no es cierto.

Sobre todo si la clase te está costando… Cuando escuchamos, ¡vamos que ya casi estamos! Lo que suele pasar es que nos relajamos al hacer las últimas repeticiones. Si después de 3 minutos seguimos con lo mismo entonces…..te odiaré.

Nunca has corrido una carrera en la que el va a tu lado te dice: “Vamos, que ya está la meta ahí”. Y cuando miras tu reloj aún quedan 6 kms…. En ese momento caes de tu nube momentánea y te cae un jarro de agua fría.

3. Hacer comentarios dando a entender que todo el mundo presente viene a perder peso.

La gente va al gimnasio para perder peso, tonificar, ganar músculo o incluso para rehabilitar una lesión. Un entrenador no puede meter en el mismo saco a todo el mundo. Pregunta a los que tienes delante por qué han venido, qué es lo que quieren. Y cuando lo sepas orienta la clase hacia sus objetivos introduciendo incluso variaciones para los distintos grupos.

 

4. Decir cualquier cosa que parezca una queja.

Tal vez has tenido un mal día, tu jefe te ha echado la bronca o simplemente has dormido mal. DA IGUAL. En cuanto te encuentras con tu gente todo eso queda fuera. Para ellos eres la persona más feliz del mundo y hoy es todo de color de rosa. Mucha gente va “obligada” a entrenar y lo último que quieren ver u oír es a su entrenador criticar al mundo.

Esto no quiere decir que no puedas contar nada de tu vida privada o de las cosas que te pasan, pero siempre desde un lado optimista, que la gente vea que aunque te haya pasado tal cosa, estás ahí con ell@s y estamos animados!

5. Decir a todas horas cuantas clases llevas hoy.

Se podría incluir en el punto número 4 pero he decidido ponerlo por separado. He oído a muchos entrenadores: “Hoy llevo 6 clases y aquí estoy. No puedes quejarte”. Señores…..eso NO es motivación. Eso suena a: mira que fuerte y duro soy que llevo todo el día dando clases…

“Escucha, sé que llevas muchas clases hoy. yo también he estado trabajado 8 horas rodeada de gente a la que no me apetecía ver, en un cubículo mínimo y todo el tiempo sentado/a. Tu trabajo es hacerme olvidar el estrés que me provoca mi trabajo y pasar un buen rato. Así que HAZ TU TRABAJO.”

6. Mandar hacer ejercicios de impacto sin ofrecer adaptaciones

Como entrenador te encontrarás con gente de todo tipo de perfiles (y lesiones). Asegúrate de que todo lo que digas para motivar y todos los ejercicios que demandes, no sean standard. Recuerda que eso no vale para todo el mundo. Para esto te recomiendo:

1. Haz ejercicios de cadena cerrada.

2. En ejercicios de impacto siempre da opciones para aquellos que no puedan/deban hacerlos.

7. Cualquier acusación de vaguería.

Hay una delgada línea entres ayudar a alguien a darse cuenta de que tiene potencial pero que debe sacarlo, a acusarle de ser un vago. Debes encontrar las palabras correctas que harán que la persona que entrenas apriete un poco más. Tú puedes saber que alguien puede ir más rápido, pero quizá él aún no lo sepa. Es un juego mental en el que debes sacar lo mejor de cada persona. A nadie le gusta acabar la clase pensando que tu entrenador está disgustado contigo.


Volver a la Portada de Logo Paperblog