Vuelvo, de nuevo, para reflexionar acerca de otro aspecto en los viajes: aquello que descartamos a medida que vamos aprendiendo de la experiencia. Hoy hablaré de errores que cometí viajando, aunque fuera solo una vez, y que fueron importantes a la hora de ir definiendo cómo viajar en el futuro. Son como siempre visiones personales; lo que para mí es un error para ti puede ser tu forma de viajar y no pasa nada. Pero este es mi blog y hablo de mis apreciaciones sobre esta bonita afición que seguramente nos une, si me estás leyendo.
Viajar con todo organizado
Viajar con todo organizado, hasta el último restaurante donde cenaremos el último día, me parece un error que no permite dejarnos llevar por el ritmo que marca el viaje, que es una de las cosas que más disfruto al viajar… La verdad es tan solo he viajado así con mis padres, pero sé que hay mucha gente que sigue haciéndolo y personalmente creo que no se han plateando que haya otra forma, así que desde estas líneas os animo a viajar de forma independiente (aunque por supuesto luego puedas contratar algo organizado… pero ¿todo?).
De ahí que incluso disfrute esos momentos en los que llego a una ciudad nueva y no tengo ni idea de las calles, ni de cuanto tiempo queda para llegar al hotel y ayudándome de la gente, finalmente lo consigo. Al principio es frustrante, pero cuando al cabo de los días, conoces la ciudad y la sientes un poco tuya, es de lo mejor.
No planificar nada
Recuerdo perfectamente aquellos viajes donde no planificaba nada y que tiempo después, al hablar con la gente, descubría cuantas cosas me había perdido. Uno de los primeros fue Praga, que visité durante cuatro o cinco días con mi novio. Al no llevarlo bien preparado, disfrutamos paseando por la ciudad pero nos perdimos por ejemplo las vistas de la misma, ya que no nos enteramos que se podía subir a la torre del Reloj. Y claro… ¡ahora me arrepiento! Aunque te guste la improvisación –¡a mí también!- llevar un mínimo de cosas preparadas cuando vas a patear un destino es vital para poder aprovechar lo que pone a tu servicio.
No hay nada peor que llegar a un lugar y no poder aprovecharlo porque no has leído que ese día no abría determinado lugar o que de la forma que creías que podías visitarlo, NO PUEDES.
Ir pocos días al destino
Otro error en el que a veces caemos es ir pocos días a un destino y luego darnos cuenta de lo que podíamos haber aprovechado si no hubiéramos ido tan pillados de tiempo… ¿diez días a Tailandia? ¿Cinco a Tenerife? No, esos días no dan para poder aprovecharlos al máximo. En Tailandia yo no cometí esa locura, pero en Tenerife sí y como me gusta decir: aprendí del error. Nunca mais cinco días a una isla medianamente grande. ¡Se necesitan más!
No elegir la compañía adecuada
Seguro que te ha tocado alguna vez el típico viaje de parejas en el que alguna persona quiere descansar todo el rato y tú no paras de pensar que hay un montón de cosas que harías en ese momento… menos descansar. O no (suerte para ti). Este error me lo han trasladado varias veces, aunque tengo que reconocer que a mí no me ha pasado.
Yo siempre he tenido mucho cuidado al elegir con quién viajaba y más allá de alguna pequeña desavenencia, no tengo un recuerdo horrible de un viaje por esta razón. Pero hay que tenerlo muy en cuenta: viajando tomamos decisiones constantemente y cuanto más parecidas a nosotras sean las personas con las que viajamos, mejor.
¿Conocemos bien a las personas con las que viajamos? Quizás no y ahí esté el error. Como decía Mark Twain: “He descubierto que no hay forma más segura de saber si amas u odias a alguien que hacer un viaje con él”.
No ser responsable con los animales
Este es otro tema que he aprendido con el tiempo y que llevo tiempo queriendo comentar en el blog. Gracias a la movilización de asociaciones como Faada, he podido enterarme por ejemplo de que los recorridos ofrecidos en Tailandia con elefantes son fatales para estos animales, ya que además de soportar pesos inadecuados para sus espaldas, muchas veces son domesticados a base de reclusión en una jaula, violencia y privación de comida y bebida. Así sucede también con otros animales como los tigres. Por su parte, los espectáculos con delfines son también parte de este turismo irresponsable del que ya no quiero formar parte. Además de causar la muerte a muchos de estos animales cuando los cogen del mar, también son objeto de sufrimiento, alta mortalidad y agresiones en los delfinarios. En el pasado, yo también me presté a este tipo de actividades, pero ahora no lo haré más. De hecho, a la mínima sospecha de maltrato animal -me sucedió también en Petra este año- me niego a participar.
Juzgar a la gente local
Viajar es también cambiar a veces de forma radical el contexto que nos rodea. La cultura, la religión, la gastronomía, las normas sociales… y la idiosincrasia, en general. Y no hay mayor error que caer en el juicio fácil de todo lo que estamos viendo. Por eso, en este caso, las mejores aliadas son la paciencia y la empatía, intentando ponernos en el lugar del otro y conociendo poco a poco su realidad. Y comprendiéndola, claro está.
Yo he caído varias veces en este error, cuando fui a Marruecos y recientemente en Turquía, interpretando sus actos o formas de actuar desde mi punto de vista y saliendo poco de mis ideas y percepciones previas. No obstante, en el segundo de los viajes citados, tuve tiempo para estar tranquila en el país, tener conversaciones con habitantes de los lugares que visité y modifiqué en parte mi opinión respecto a algunos temas.
La verdad es que es una buena idea pensar en hacer algún tour que integre a la comunidad local. Participé en uno en Jordania y fue una experiencia genial, y la verdad es que cada vez son más comunes.
Haciendo pan árabe con una señora de Zikra, pueblo jordano donde hemos convivido con lugareños y hemos hecho actividades tradicionales y artesanales. Lenguaje común: la sonrisa #ShareYourJordan #goJordan #Jordan #picoftheday #village #gastronomía #comer #travel #trip #turismo #tourism #people #gente #life #UnMesUnViaje #instaTravel
Una foto publicada por Mundo Turístico (@mundoturisticoblog) el 10 de Sep de 2015 a la(s) 5:33 PDT
No contratar seguro de viaje
Viajar sin seguro de viajes puede salirte por miles de euros si por mala suerte, te pones enfermo o sufres un accidente. Porque no solemos pensar que pueda pasar algo… hasta que pasa. Yo lo reconozco: no lo contraté para ir a Nueva York, Tailandia o Indonesia y si hubiera pasado algo, seguro que me hubiera arrepentido. ¿Aprenderé para la siguiente vez? Espero que sí