1. Para los colombianos música sobre pantalla.
En este país se escucha música a toda hora, en todas partes y a todo volumen.
Sólo los cubanos podrían competir con los colombianos en este frenesí de alegría musical. Hay veces que uno no sabe de dónde ni cómo pudieron colocar semejantes equipos de sonido en casitas tan pequeñas. Y no se trata de hacer ruido por hacer ruido, la calidad musical es impresionante.
En México sería el equivalente a la TV gigante de pantalla plana en una casita humilde, pues lo mismo pero aquí en lugar de vivir pegados a la tele, lo hacen al equipo de sonido; cosa que a mi en lo personal me parece mucho mejor.
2. El vallenato es el himno y Diomedes Díaz es el rey.
Donde sea. Y digo donde sea. A la hora que sea, vas a escuchar a Diomedes.
3. Los colombianos aman Colombia.
Este pequeño fervor nacionalista ya lo conocía yo antes de venir pacá. Pocas veces he conocido un colombiano que no porte alguna insignia con los colores de su país: pulserita, bolsa, pin, reloj, sombrero… cualquier cosa que pueda uno echarse al cuerpo tiene los colores de la bandera y lo portan con orgullo.
Siempre hablan bien de su país, están verdaderamente orgullosos y no sólo ahora en la época buena, hace 20 años cuando aquello todavía era considerado uno de los países más peligrosos del mundo, los colombianos estaban orgullosos de su tierra, no por todo lo malo, si no todo lo bueno que los mantuvo unidos y a flote.
Creo que puedo afirmar que no conozco un país en el que su gente ame más la tierra que lo vio nacer. Y eso da un aura de positivismo que es difícil de explicar, es como un imán que los une a ellos y termina por atraerte a ti.
Si hay partido de la selección, el país se pinta de amarillo.
4. Los colombianos te miran fijamente.
Una mirada fija, sin vergüenza que te sigue por varios segundos. Te hace sentir incómodo, esa mirada fija, en una cara seria que te analiza y se pregunta ¿y este gringo de dónde será?
“¿Por qué me mira así ese señor?… ¿me odia?…¡pero si no he hecho nada!”
Pensamientos de este tipo son los que pasaron por mi cabeza las primeras veces, así que decidí tomar medidas en el asunto, y contestar la mirada fija con un directo y bien sonado
….”¿buenas tardes?…”
A lo que normalmente viene un cambio de 180º en la expresión facial, aparece una sonrisa y me devuelven el saludo, incluso a veces con acercamiento, estrechón de manos y conversación rápida incluída.
4. Frutas sobre verduras y más carbohidratos…
Tienen las mejores frutas del mundo mundial. En serio, es irreal. Y los jugos que hacen con ellas son para morirse.
Lulo, maracuyá, tomate de árbol, carambolo, pera, mango, mora, lima… combine a su gusto y de un paseo por el cielo.
Pero de verduras en tu plato, te ecuentras pocas.
Les encanta el carbohidrato: yuca, papa, arroz, arepa, empanada, patacón… todo frito, fritísimo.
¿Cómo es que no son obesos comiendo así? Miren a los mexicanos, que a punta de garnacha frita y Coca Cola somos el segundo país con obesidad en el mundo… será la Coca Cola seguro, ellos al menos beben jugos.
5. ¿Que más? Su merced, ¿qué se cuenta usted?
Esa forma de hablar que decididamente es la más singular en latinoamérica.
Todos los países tienen modismos, y su forma de hablar, si, pero esto es único. Hablarse de usted, hacer preguntas que no son preguntas y referirse a la segunda persona (tu) utilizando un posesivo es… de lo más interesante y divertido. Es junto con Argentina, el país donde más nos ha costado entender a la gente.
Pensaba que en México la formalidad al hablar era exagerada, pues faltaba ver a los colombianos.
Situación: cliente en restaurante pide cuchara a la mesera.
España: Perdona, ¿me puedes traer una cuchara?
México: Señorita, ¿me podría regalar una cuchara por favor?
Colombia: Señora, disculpe, que pena con usted…. ¿si de favor le podría pedir que me regalara una cucharita?
Eso si, son tan correctos al hablar que la dificultad reside en la forma y el acento, más no en las palabras. Eso del slang vuelto idioma aquí no se usa, español correcto y bien hablado, por favor.
6. Este país tiene de todo un para perderse.
Montañas, playas del caribe, selva amazónica, bosque de niebla, parques naturales, sitios arqueológicos, ciudades cosmopolitas y pueblitos coloniales, tiene de todo.
Siempre hay algo para ver y hacer… es increíble todo todo todo lo diferente que tiene y lo mucho que te sorprende.
¿Esa idea que tienes de Colombia en la cabeza? Es probablemente cierta, y seguramente es sólo un pequeñísimo cuadro de todo lo que en realidad hay en este país.
7. Colombia es digna de admiración y respeto.
He conocido muchos países que han pasado por tiempos y etapas trágicas, pero muy pocos son los que no lo llevan arrastrando en su psique y comportamiento diario. Pocos son los que, en una charla casual, no dejan entrever la carga moral que la historia y el recuerdo de los que la sufrieron, viven constante hasta el día de hoy. Colombia es uno de ellos.
Es mi generación la que lo vivió, son sus padres y sus abuelos; pero en Colombia el pasado ya pasó. No es que hayan decidido olvidarlo, pero prefieren no estarlo recordando, o al menos no dejar que influya quienes fueron a quienes son. Colombia es una y van parejos.
No se están quejando todo el tiempo, ni echan culpas; están dichosísimos de estar ahora donde están, y el terrible pasado, ahí se quedó.
En fin….
Será una mezcla de tanto vallenato, yuca y patacón, jugo de lulo y maracuyá, del amor a su patria y de tanto bailar; pero Colombia da la sensación de ver siempre para delante y tener una sonrisa honesta cuando lo hacen.
¿Podremos en México tener el deselance que tuvo Colombia? ¿Podremos los mexicanos afrontarlo así?… ¿Por qué me inunda la tristeza, será que ya conozco la respuesta?
Por lo pronto me voy a tomar un tintico con un pan rollo, que el sol sale y parece que por acá será otro día muy pero muy bacano.
El artículo 7 impresiones rápidas que dejó Colombia en una mexicana apareció en Sin Destino Fijo.