Revista Coaching

7 Técnicas de lenguaje corporal que te ayudarán en los negocios

Por Dlodestro @dlodestro

Por todos es sabido que además del lenguaje verbal (lo que decimos) existe el lenguaje corporal (lo que decimos aún sin decir nada). Nunca tendrás una segunda oportunidad para cambiar una primera mala impresión, por lo que en cualquier circunstancia (entrevista de trabajo, reunión, negociación…) nuestro lenguaje corporal puede transmitir sensaciones de las que no somos del todo conscientes, y es por eso que vamos a intentar controlar ese tipo de gestos, posturas y movimientos. Parte del secreto del éxito en una negociación está en no dejar nada al azar e intentar controlar hasta el más mínimo detalle.

Introducción

Una persona atractiva suele tener más éxito y generar más confianza que una persona físicamente descuidada. No hablamos de ser guapos, pues no todo el mundo nace con esa suerte, pero a través de la vestimenta adecuada, prácticamente todo el mundo se puede convertir en una persona atractiva. Traje bien planchado, zapatos limpios, cutis cuidado, bien afeitado o barba bien recortada, dientes limpios, color adecuado de la ropa según la circunstancia, etc…

Antes de que abramos la boca, ya habremos generado una primera impresión, y ésta debe ser buena, o al menos “no negativa”.

1. El “apretón” de manos.

 

Personalmente yo ya no le doy mucha importancia a este gesto, pues desde que todo el mundo sabe que debes mostrar seguridad apretando la mano con fuerza y presentándote pronunciando tu nombre alto y claro, pues donde algunos ven una persona muy segura a través del saludo, a veces yo veo una persona muy insegura que intenta aparentar seguridad gracias a ésta conocida técnica.

No obstante, estrecha la mano con firmeza, mirando a la persona a los ojos y diciendo tu nombre alto y claro.

2. Contacto visual.

Es importante mantener un contacto visual con la persona tanto mientras le estás hablando como cuando él te está hablando. No obstante, no consiste en ver quién aguanta más, pues puede resultar incluso agresivo o incomodar a la otra persona, aunque mantener un prudente contacto visual y no mirar hacia una persona de la sala cuando estornuda mientras te están hablando, demuestra que eres una persona centrada, atenta e interesada, además de no ser una persona que se despista fácilmente.

3. Una buena postura cuando estás de pie.

Debes evitar, sobre todo, dos tipos de posturas cuando estás de pie: Ambas manos metidas en los bolsillos y la postura del “botijo”. Observa a los políticos o ministros. Son los que mejor asesorados están en esta materia para no mostrar ni un ápice de duda en los millones de personas que les observan. Para mostrar relajación y seguridad, se aconsejan los brazos colgando de los lados como se muestra en la foto. Evita los cruces de brazos, ya que arriba se muestra pasividad y abajo nerviosismo.

4. Que los gestos no te jueguen una mala pasada.

Una vez estamos sentados en la mesa, quizás el momento en el que más expuestos estamos ante gestos imprevistos, es cuando hablamos de algo importante. En ese momento, nuestras manos se suelen dirigir hacia la frente (secarnos el sudor), ojos (picor), nariz (más picor) o boca (sequedad o humedad). Todos estos gestos son interpretados como nerviosismo ante una  probable mentira o falta de sinceridad parcial. Conocí a una persona muy previsible en este aspecto. Si mientras hablaba se limpiaba las boqueras, descaradamente te estaba mintiendo o sencillamente no se creía lo que estaba diciendo.

Pase lo que pase (salvo alguna excepción), mientras hables, asegúrate de que tus manos en ningún momento se dirijan hacia ninguna parte de tu cuerpo, y en especial , hacia ninguna parte de la cara. Para ello, sujeta un bolígrafo con la mano (pero no juegues con él). En este caso sí que hay muchas personas que analizan estos gestos muy seriamente. Si te pica la nariz, no te rasques mientras hables.

5. Controla las micro-expresiones.

Si ya es difícil controlar los movimientos de nuestras manos, controlar las micro-expresiones ya es prácticamente una utopía, aunque se pueden controlar las más comunes.

Mientras hablas, no desvíes la mirada ni hacia abajo, lateral o arriba. Es decir, hacia ningún sitio.
Cuidado con las cejas, pues levantar una ceja ante un comentario es como decir: “Venga ya, no te creo”, “¿Pero qué narices estás diciendo?”, del mismo modo que una micro-sonrisa lateral puede llegar a demostrar arrogancia. Son muchas las micro-expresiones que podemos mostrar, y aunque es cierto que poca gente podría interpretarlas correctamente, lo cierto es que a veces ocurre algo que estoy seguro que te habrá pasado:”No se por qué, pero tengo la sensación de que esa persona no es de fiar”. Pues bien, no es que tengas una sensación, sino que él mismo, a través de su lenguaje inconsciente se ha encargado de decirte que tengas mucho cuidado con él, pues no es de fiar.

6. La forma de moverse expresa tu carácter.

Esto no falla. Unicamente viendo andar a una persona por la calle, puedes saber si es una persona tranquila, despistada, nerviosa o hiperactiva. Estas expresiones se multiplican por dos en espacios más pequeños, donde debes esquivar personas, abrir puertas, sentarte, levantarte e incluso comer.

Si con tus movimientos ya muestras demasiado sobre tu carácter, ante un imprevisto, te mostrarás exactamente como eres. Imagina que tropiezas y estás a punto de caerte. ¿Te avergonzarías, harías alguna broma, te pondrías rojo como un tomate, maldecirías a algún santo delante de todos, harías como si no hubiera pasado nada, mirarías de reojo para ver si te ha visto alguien?. En situaciones de ese tipo opta siempre por el buen humor:”madre mía, casi acabo la reunión antes de tiempo”.

7. Toma posesión del terreno.

Una vez estés en la sala, toma tu espacio y no permitas que nadie anule tu presencia en la sala. Hazte con un espacio visible en el cual tengas libertad y amplitud de movimiento. Elige un lugar estratégico con la idea de estar lo más cerca posible de la persona con la que tienes interés en hablar o negociar.

Y finalmente, recuerda que acompañar nuestras palabras gesticulando con nuestras manos de una forma acorde, tranquila y pausada, ayuda a mantener atenta a la persona y reforzar nuestras palabras.

 

Fuente:   Negocios1000.com


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