Revista Literatura
7.14. Termina el día de Reyes. Parece propiedad de los niños porque gozan de esa ilusión limpia que les ilumina, esa fe y creencia que los mueve y conmueve en una inocencia que poco después, con los años, vamos perdiendo. Tal vez, si no dejásemos escapar nunca esa pureza infantil, ese mirar inocente, sin maldad, el mundo sería diferente. Tal vez todos seríamos un poco diferentes, en general, porque hoy, cuando miramos a los más pequeños, nos envuelve por unos instantes esa inocencia. No la dejemos escapar.