Revista Cultura y Ocio

72.- Que siga la indignación…

Publicado el 27 junio 2011 por Javiersoriaj

Poco antes de que se estallase la crisis, el 5 de abril de 2008, se podía leer en El País un artículo titulado “El BBVA y el riesgo venezolano”. En él se decía que “BBVA acaba de advertir sobre la situación venezolana en el capítulo de riesgos del informe anual…”. Seis meses después, los gobiernos estadounidense y europeos salvaban a la banca con fondos públicos. El gobierno venezolano concedía 236’7 millones de dólares para 1547 proyectos socioproductivos comunitarios (P. Serrano, “Prólogo” de La crisis de las hipotecas basura…,  ATTAC/Sequitur, 2010, Libro absolutamente recomendable, que podéis leer directamente en la página de Attac).
  Mientras, la revista Fortune elegía 6 años consecutivos a Enron como “la empresa más innovadora”. Enron terminó con un fraude que supuso el despido de 5.600 personas y la “evaporación” de 68.000 millones de dólares en su capitalización (idem.). Tras Enron caía Arthur Andersen, la auditora que cobraba para demostrar lo bien que funcionaba la empresa.
  Son esos grandes poderes financieros los que han provocado la crisis, y los que siguen riéndose de nosotros pese al “no pagaremos vuestra crisis” que hemos enarbolado. “Sí la pagaréis”, dijeron. Y han cumplido. La estamos pagando, y con creces.

  Veámoslo. 2010 nos trajo despidos masivos, recortes salariales brutales a funcionarios y no funcionarios, congelación de pensiones, aumento de precios, eliminación de servicios sociales básicos… y la conciencia de que “no hay dinero”. Eso sí, al ver las cifras, da la idea de que sí hay dinero, lo que pasa es que se lo quedan unos pocos. Susana R. Arenes nos lo mostraba, en Público, el 3/01/2011, en un artículo titulado “Los ricos ganan un 8’6% más en un annus horribilis”, donde decía que “las principales fortunas españolas acumulan 2.748 millones más de patrimonio en bolsa que en 2009, pese al mal año en los parqués”. Además, “aumentan lo atesorado en SICAV un 5%” [[si queréis leerlo completo, en http://www.publico.es/dinero/354343...nnus-horribilis]].
  Unos días antes, el 31 de diciembre, también en Público, I. Escolar había publicado un artículo titulado “Feliz 2011”, donde nos daba algunas cifras significativas para ver la “magnitud de la crisis”: en el primer trimestre de 2010, Telefónica ganaba 8.835 millones de euros de beneficios (un 65% más), Banco Santander, 6.080 millones[b]… [[completo en
http://www.escolar.net/MT/archives/2010/12/feliz-2011.html]]. Para hacernos una idea, el recorte que desde mayo de 2010 machaca a los funcionarios suponía algo menos de 4.500 millones y la congelación de las pensiones no llega a los 2.500. Las empresas del IBEX 35, mientras, y sólo hasta septiembre (a falta de los tres últimos meses) ganaban la nada despreciable cifra de 38.156 millones. Claro que las grandes empresas contabilizan estas cifras como pérdidas, al caer los beneficios “previstos”. Mientras, en plena oleada neoliberal de culpar de la crisis al precio del despido y a los altos sueldos de los trabajadores (receta: “trabajar más y ganar menos” –Díaz Ferrán dixit-), el sueldo medio de los miembros de los consejos de administración del Ibex era de 699.000 euros anuales de media, y el de los altos ejecutivos, de 2’7 millones de euros. Está claro, no hay dinero.
  Veámoslo a otra escala. Según P. Serrano, Ana Patricia Botín aumentó su sueldo como presidenta de Banesto en 2008 en un 18%, llegando a un “sueldo” de 3’67 millones de euros, a los que habría que sumar los 3’8 millones que el banco aportó a su plan de pensiones, “que se eleva ya a 21’7 millones” ¿Para qué tendríamos que tener pensiones públicas, pensará esta pobre mujer? Está claro.
  En Merrill Lynch, por aquello de no parecer sólo “antiespañol”, mientras se recibía dinero del gobierno para hacer frente a la crisis, y mientras se aprobaban los planes de despido masivo de trabajadores, su presidente, John Thain, “se gastaba 1’2 millones de euros en amueblar su despacho. Entre sus adquisiciones, alfombras de 67.000 euros y una mesa de 19.200…”, según P. Serrano, quien continúa: “Así se viven las crisis cuando uno es directivo de una gran empresa o un banco. Al final tenía razón B. Brecht cuando afirmaba que el delito no era robar un banco, sino fundarlo”.
  Termina el prólogo diciendo que “las leyes se hacen para quienes manejan el dinero; los gobiernos ejecutan las políticas que éstos desean, mientras que la justicia está a su servicio y les garantiza impunidad. (…) Llevábamos años escuchando que no había dinero para luchar contra el hambre en el mundo, para asistir a los enfermos de sida o para garantizar cuidados sanitarios a toda la población mundial, y, de la noche a la mañana, aparecen billones para salvar a los bancos. (…) Estamos ante un golpe de Estado. O salimos a la calle o se instalarán definitivamente en el poder”.
  Y hemos salido a la calle, pero siguen repitiendo que “no hay dinero”, mientras se siguen salvando bancos y sistemas financieros en Irlanda, Portugal o, llevado hasta el límite, en la actualidad griega

 ¿Tratamos de comprender cuánto es el dinero que no hay? Ahí va: las estimaciones más bajas del total de los rescates financieros hablaban (ya en 2009) de unos 5 billones de dólares. Las más altas (finales de 2009) la situaban en torno a 18 billones. ¿Qué cuánto es esto? Nos lo dice S. George (Sus crisis, nuestras soluciones, Icaria, 2010, p. 23): si contamos un dólar por segundo, para contar 1 billón de dólares necesitaríamos casi 32.000 años. Los 5 billones estarían en unos 160.000 años, y los 18 billones en 576.000 años (si queréis leer más, analicé estas y otras cosas en
http://www.rivashoy.es/viewtopic.php?f=42&t=3075&highlight=)
  Luchemos, pues, con nuestra digna rabia, por cambiar este estado de cosas. Que siga la indignación. Ahora, como los zapatistas, ya no tenemos demandas, tenemos exigencias.


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