Hola a todos.
Os pongo aquí el esquema de mi comunicación en el pasado congreso sobre Jane Austen organizado por el CEU de Madrid. Se va a publicar un libro con las actas del congreso y es posible que mi comunicación también esté incluida. Cuando esto ocurra, adjuntaré un PDF con el texto íntegro en esta entrada y en otra nueva.
Jane Austen es una autora de fama mundial y reconocido prestigio. Cuenta con millones de lectores, muchos de los cuales se declaran “fans incondicionales”. Sin embargo, a lo largo de la historia, no han faltado voces críticas contra su trabajo y, como es lógico, sus obras no atraen del mismo modo a todo el público. Esto podría explicarse por la natural diversidad de gustos. Pero en este caso, hay otros factores que pueden inclinar la balanza que oscila entre la pasión y el rechazo, pasando por la indiferencia.
A continuación, ofreceremos -de un modo esquemático- algunas claves para comprender mejor las novelas de Jane Austen y, de esta manera, poder disfrutarlas con mayor satisfacción.
Para apreciar una canción, no basta con conocer la letra, hay que escuchar la melodía. Algo similar sucede en la lectura de estas obras. Para entenderlas, es necesario captar el sentido del humor de su autora, que se manifiesta de modos diversos, pero especialmente a través de la ironía.
Sorprender al lector a través de las palabras es un arte que Austen domina con maestría. A través del narrador y de los personajes, la autora ofrece un amplio elenco de recursos para lograr el efecto irónico que utilizará con fines humorísticos y de crítica social.
¿Cómo lograr que el lector conozca perfectamente a los personajes de una obra, sin necesidad de aburrirle con largas descripciones? Austen nos responde a esta pregunta manejando con maestría los diálogos.
Jane Austen no hace un boceto de la personalidad de sus protagonistas. Esculpe sus caracteres con golpes suaves, pero constantes. Desde el primer momento se nos muestran los rasgos distintivos de cada uno y, durante toda la obra, sus comportamientos y actitudes evolucionan con coherencia. El lector no tarda en familiarizarse con las particularidades de los personajes y aprende a reconocerlos a través de sus palabras o reflexiones.
Uno de los factores que ha permitido que las obras de Austen no hayan envejecido con el tiempo es su habilidad para profundizar en la condición humana y plasmarla en sus personajes. Después de doscientos años, los lectores siguen reconociendo comportamientos familiares en las situaciones y actitudes de los protagonistas de estas novelas.
Charlotte Brontë despreciaba las novelas de Jane Austen por no hallar en ellas las fuerzas y pasiones del alma humana. Quizás esto se deba a que Austen prefirió mostrar las facetas cotidianas del ser humano, sin caer en situaciones extremas que no suelen plantearse en su día a día. Es en ese marco en el que debemos apreciar su arte y valorar su destreza.
En algunas de estas escenas, podemos encontrar paralelismos autobiográficos de la autora, como ocurre por ejemplo en el placer que muchas de sus heroínas encuentran en los largos paseos, el gusto por los bailes, su capacidad para analizar la personalidad de los que le rodean, el amor por los libros, la relación afectuosa entre los hermanos (en los casos en los que es así), el rechazo al matrimonio sin afecto, etc.
El lector de estas novelas no es un extraño que se asoma por allí para fisgonear. Desde el primer momento, el narrador le invita a formar parte de la historia, y le hará depositario de sus confidencias y opiniones de tinte travieso. Por eso, el lector llegará a sentirse como en su casa, a pesar de las distancias espacio-temporales respecto a lo que allí se narra.
El narrador de las novelas de Austen actúa, en muchas ocasiones, como un personaje más. Lejos de ser un simple transmisor de acontecimientos, participa con sus opiniones, su visión crítica, comentarios irónicos, creación de expectativas, incitaciones a la confusión, etc.
Jane Austen no escribió novelas románticas. El amor está presente en cada una de sus obras, y todas terminan con el matrimonio de los protagonistas, pero estos romances son uno de los hilos conductores de la narración, que cuenta con otros muchos hilos para completar el tapiz.
Sería mucho más correcto clasificar las obras de esta autora como “novelas de personajes”. Es decir, narraciones en las que lo primordial son los protagonistas y su entorno humano, y no tanto los acontecimientos que se suceden. No pretendemos decir con esto que el argumento no sea importante, sino que está al servicio de los personajes y, por esta razón, los romances son un medio y no un fin. Jane Austen se sirve de las relaciones amorosas para desplegar todo un elenco de actitudes vitales.
Tanto en sus cartas como en algunos pasajes de sus novelas, Austen muestra su afán por emplear la palabra que mejor exprese lo que desea decir. Sin embargo, el elaborado proceso de creación y sus posteriores correcciones no desembocan en un estilo recargado, ni pomposo. Todo lo contrario. El éxito de este trabajo radica en lograr un lenguaje sencillo y ágil, pero que es fiel reflejo de la intencionalidad de su autora.
CONCLUSIÓN
Uno de los logros de Jane Austen ha sido crear un estilo aparentemente sencillo, pero que denota una gran maestría no solo en la confección del argumento, el diseño de los personajes y la ambientación, sino también en todo lo referente al modo de contar las historias. Sin embargo, esta sencillez podría ser malinterpretada por algún lector inatento, o no valorada en su justa medida por alguien ajeno al proceso de creación literaria. Y, por esta razón, con estas ocho claves hemos tratado de señalizar el camino para que nadie se pierda al adentrarse en el universo de Jane Austen.
Aunque, como os decía arriba, esto es tan solo el esquema -faltan todos los ejemplos y varias explicaciones-, os agradeceré que si queréis utilizar algo de lo aquí expuesto, no olvidéis citar el origen ;)
Tenemos (trabajo en equipo) algunos proyectos muy interesantes relacionados con Jane Austen. En cuanto las cosas estén un poco más claras os los contaré con todo detalle.
Un saludo