Ahora ya fuera de bromas, la recena es uno de los puntos que se debe tener en cuenta a la hora de organizar la boda.
Veamos qué considerar cuando hablamos de la recena o resopón:
1.- Lo primero es decidir si habrá recena (o cena ligera, si se trata de una boda con almuerzo). Aunque parece que ahora es algo obligado, la decisión es únicamente vuestra. Debéis tener en cuenta que se trata de un gasto añadido y de una forma de alargar la boda, algo que quizás no os convenga por varios motivos: barra libre más cara, cansancio de los invitados y de vosotros mismos, etc.
2.- También debéis consultar a la finca, al restaurante o al proveedor de catering si hay la posibilidad de llevar vosotros la recena. Hay lugares donde el precio de la recena, teniendo en cuenta calidad-cantidad-precio, puede ser astronómico. En caso de que os cobren un plus por llevarla vosotros, valorad si aún así os interesa.
3.- Al elegir la hora de la recena, es importante que tengáis en cuenta que deben haber pasado unas tres horas al menos desde el final de la cena (algo más si se trata de una cena ligera después de una comida). Los invitados deben haber hecho la digestión de la cena (o el almuerzo) antes de volver a comer o terminarán sintiéndose empachados. La idea es reponer fuerzas para seguir con el baile, no cebarles como pavos en Navidad. Si el resopón se sirve demasiado pronto, los invitados se marcharán rápidamente según terminen de comer, dejando la pista de baile desierta, con la barra libre pagada y el DJ mano sobre mano; esto es debido a que la mayoría asocia el resopón con el fin de la fiesta.
4.- El menú debe ser coherente con lo que hayáis servido durante la cena o la comida, para no repetir ingredientes ni texturas. Lo ideal es poner platos dulces y salados, para contentar a todos los paladares.
Evitad sentar de nuevo a los invitados
5.- Mi consejo: no volváis a sentar a los invitados para la recena. Esto es especialmente importante en el caso de las cenas ligeras que se sirven con las bodas con almuerzo. Los invitados se agobiarán y, según se sienten, se terminará la diversión. Por no hablar de que las fincas y restaurantes os cobrarán mucho más, porque se necesita más menaje y servicio de camareros.6.- Lo ideal son mesas tipo buffet o distintos puestos para dulces y salados, de tal forma que puedan ser los invitados los que se sirvan ellos mismos.
7.- Los alimentos deben ser fáciles de comer, como en un cóctel. Bocados pequeños, que se puedan tomar con la mano y que no manchen demasiado. Por ejemplo, no hay inconveniente en servir un caldo, porque se bebe, pero no es apropiado poner una sopa que hay que comer con cuchara.
8.- La cantidad debe ser la justa, ni mucho, ni poco. En realidad, es mejor que sea algo escasa. Si habéis encargado la recena al lugar de celebración, os cobrarán por persona y, en muchos casos, una gran parte de los invitados se habrá marchado cuando llegue el resopón; con lo que sobrará mucha comida. Si la lleváis vosotros, lo habitual es que (sobre todo nosotras) penséis que va a faltar comida y es un error, porque siempre encargaréis de más. Y, por otra parte, la recena es un tentempié, no un segundo banquete.
En un próximo post, os daré ideas para que vuestra recena sea original y divertida.
¡Hasta el próximo artículo!