Estos trabajadores no sólo son conscientes de la necesidad de tener nivel alto de un idioma sino que el 72% asegura que con ese nivel conseguirían un trabajo en el que ganarían más dinero y además ofrecería soluciones complementarias a las empresas.
Gaëlle Schaefer directora de Hexagone explica: “La inmersión lingüística consigue unos resultados inmediatos en los trabajadores que viajan a otro país para aprender y practicar el idioma. Con las posibilidades que existen hoy de teletrabajo se está convirtiendo en una alternativa muy seria que pocas empresas ya están probando. El trabajador puede realizar su trabajo desde la distancia mientras además se forma en el idioma. Los resultados son muy buenos para los negocios que ven cómo su trabajador amplía un conocimiento en comunicación que sin duda abrirá oportunidades al negocio a su regreso en plena era globalizada”.
Desde Hexagone se ha consultado acerca de los principales obstáculos que impiden realizar este proceso de formación. Los resultados apuntan en dos direcciones dependiendo de la edad de los trabajadores: la propia empresa y la familia.
El principal obstáculo para los trabajadores es la falta de tiempo laboral. Conseguir disponer de más de un mes para realizar un viaje al extranjero para aprender un idioma no es algo que esté al alcance de todos. El 82% de los trabajadores ve inviable conseguir este tiempo por parte de la empresa para formarse en un idioma, aunque los beneficios repercutan en el propio negocio.
El segundo obstáculo que se encuentran estos trabajadores es la familia, aunque este inconveniente supondría menos problema para poder realizar una inmersión de este tipo a nivel profesional. El 65% de los trabajadores reconoce que supondría un inconveniente pero el 71% especifica que sería salvable por el bien laboral y profesional.
Según los datos de Hexagone, las empresas que carecen de perfiles profesionales con alto nivel de idiomas pueden llegar a dejar de facturar un 8% de su facturación total al no llegar a nuevos mercados y potenciales clientes. Por este motivo es necesario en una era globalizada tener definida una estrategia de idiomas y dentro de ella valorar y premiar a los trabajadores que deciden apostar por la formación.
Los trabajadores se forman por su cuenta en idiomas
Otro de los datos destacados por Hexagone es la necesidad que sienten 2 de cada 5 trabajadores de tener que formarse en idiomas por su cuenta a causa de no tener un plan formativo de este tipo en la empresa.
“Es una realidad que existen muchos trabajadores que no encuentran una solución de formación de calidad dentro de las empresas. En ocasiones existen perfiles de trabajadores que demandan una solución más a medida”, explica la directora de Hexagone.
4 de cada 5 trabajadores afirman organizarse viajes al extranjero por su cuenta con el fin de aprender un determinado idioma. Destinan su propio tiempo y recursos para aprender o perfeccionar la formación de un idioma.
En este sentido el 69% de los trabajadores aseguran haber hecho un viaje organizado por ellos mismos con el fin de realizar una inmersión lingüística. Las vacaciones de verano son el momento preferido por la mayoría al disponer de más tiempo para dedicarlo, sin embargo nunca superan las 2 semanas, un tiempo que consideran muy escaso para notar las mejoras de conocimiento.