Revista Viajes
Pensamos, cuando organizamos de esta forma tan “desordenada” este viaje, que la zona de Wall Street había que visitarla en pleno apogeo, para eso había que huir del fin de semana. Lo que no contamos en la visita es que estaría tomado por el movimiento “indignados”. Por lo que nuestra visita fue acorde con la coyuntura del momento, edificios vallados, calles tomadas, el toro enjaulado, manifestantes. Hermanados con lo que en esos momentos también estaba ocurriendo en Madrid. Tan lejos y tan cerca...
Ubicación en Google Maps
Comenzamos acercándonos a la popular y protagonista Bolsa de Nueva York. Para eso hay que dirigirse al “Downtown”. Antes de los fatídicos atentados del 11-S, parece ser que se podía acceder al interior del edificio como visitante. Actualmente, solo se puede divisar desde fuera y, en nuestro caso, con las vallas de por medio. Aún así, allí estábamos.
Un día laborable en ese entorno transcurre entre el ajetreo de ejecutivos, gente en traje que se mueve de lado a lado y, como en todo Manhattan, con los vasos de café en la mano.
Esto es algo universal, esos vasos de café enormes, llevados con esta naturalidad, como una prolongación de sus brazos, que no solo transportan sino que se complementan con el uso del móvil, los pasos acelerados, los maletines, y la acción de beber mientras tanto… Para nosotros eso no es normal, eso son malabares.
El ruido en las calles a primera hora y ver la vida rutinaria transcurrir siempre nos ha gustado. No sólo en Nueva York, a pesar de lo especial que es...
Algo tienen los días laborables que siempre nos han parecido una gozada para hacer turismo. Quizá es porque te hacen sentir aún más privilegiado por poder forma parte de la vida real del lugar que visitas.
Pero volvamos al distrito financiero, que nos sale la vena romántica que nos despierta el viajar, y Nueva York un lunes tiene mucho que contar.
En el distrito financiero se encuentra también el Federal Hall, donde se produjo la investidura de George Wahington, en el s. XVIII, aunque el edificio que actualmente está sito allí no es el original, sino que en el s. XIX se construyó uno nuevo tras la demolición del anterior.
Dentro del Distrito Financiero, encontraréis como edificio de interés, también, Trinity Church. Se encuentra haciendo esquina, en la confluencia de Broadway con Wall Street. Entre los edificios y el ambiente profesional, el contraste de este edificio es altamente llamativo, y aún se acentúa más cuando ves que, casi a modo de parque, entre el bullicio, el cementerio la rodea, con bancos donde encontramos a gente tomando el almuerzo.
Por más que intentemos imaginarlo, no podemos visualizar en España a nadie sentado en un cementerio a la hora de la comida, en un descanso laboral. Claro que aquí está totalmente integrado entre los rascacielos, como si de un parque más al uso se tratara, esto nos sorprendió también en Escocia, aunque allí además suelen estar envueltos en leyendas sorprendentes
La Iglesia de Trinity Church es de estilo neogótico. Al mirarla parece hasta pequeña, y es que los altos edificios que la rodean generan esa confusión. A pesar de su cercanía a la Zona Cero consiguió salir prácticamente ilesa de los ataques terroristas.
Entramos en su interior y luego paseamos por el cementerio. Posteriormente tenemos la intención de acercarnos a la Capilla de St. Paul. Nuestro principal motivación es que sabemos que es el edificio más antiguo de carácter religioso de Nueva York. Sobrevivió a un fuerte incendio y también al atentado.
No sólo eso, posteriormente al 11S, fue un centro de acogida para bomberos, para familiares… un lugar de gran intensidad emocional en difíciles momentos.
Desde aquí, nuestro siguiente destino es el World Trade Center. En este punto, es importante que os comentemos que nuestro viaje se realizó a finales de 2011, con lo que las imágenes que adjuntamos corresponden a cómo se encontraba la zona en esos momentos. Nos consta que la Zona 0, ahora, presenta una configuración bastante diferente, gran parte de los edificios están terminados, de hecho a finales del año pasado se inauguró la Torre de la Libertad ya (¡vaya, otra excusa para volver!).
Nos dirigimos al World Financial Center, en su interior se encuentra el Winter Garden, un hall acristalado que nos resulta un magnífico lugar para sentarnos un rato y reorganizar nuestros planes. Estando allí, es cuando nos cruzamos con la pareja que conocimos en la misa de Gosspel el día anterior. Compartimos un ratito de conversación y continuamos.
Desde este edificio, y tras subir a la primera planta donde contamos con una vista un poco más alta de la zona, decidimos salir al exterior y pasear por Battery Park.
Estos edificios de World Trade Center se encuentran a orillas del Río Hudson, que separa este Lower Manhattan de New Jersey. En el exterior, se montan algunas terrazas donde más ejecutivos aprovechan para tomar algo al mediodía.
El paseo por el margen del río resulta muy bucólico y agradable. Nos tomamos mucho tiempo para disfrutar de él. Y antes de que nos demos cuenta, el cielo se ha puesto oscuro y amenazante de chubascos.
Antes comer, no queremos dejar de ver el Charging Bull, o más conocido para nosotros como Toro de Nueva York. Esta escultura es un símbolo para los neoyorkinos, un símbolo de éxito, prosperidad y fuerza. Su historia es curiosa, tras la crisis de finales de los 80, un escultor dedica sus ahorros a construir este toro como símbolo de todo lo anteriormente comentado. Y unas navidades, llega, lo coloca con una grúa bajo el árbol de Navidad que había en la zona, y resulta bien acogido por los habitantes. Al ser algo ilegal, es retirado, pero debido a las peticiones populares, finalmente se decide volver a colocarlo, aunque en la ubicación actual que se encuentra ahora, al lado del parque Bowling Green (parque más antiguo de Nueva York).
A la vuelta de nuestro viaje, escuchamos que daba buena suerte tocarle los testículos al animalito. No lo hicimos, no solo por no saberlo, si no porque como veis, en esas fechas se encontraba vallado.
Llega la hora de comer, vamos un poco retardados con respecto al resto de la población a la que hemos ido viendo almorzar desde la visita al cementerio de Trinity Church hasta Bowling green.
En su día, leímos que en la zona había una McDonals en el cuál, durante todo su horario de apertura, había una persona tocando en directo el piano. Así que, solo por ver algo así en un McDonals, en vez del payaso de pelo rojo, nos decidimos a ir para allá. Se encuentra en el número 160 de Broadway.
Tras disfrutar del momento musical, y el alimento gourmet, continuamos con el lunes neoyorkino. Al salir, el tiempo está algo inestable y tenemos además anotado, que en el distrito financiero, a parte de edificios, tenemos una tienda outlet en la que escuchamos que había buenas oportunidades Century 21 (22 Cortlandt St, New York, Nueva York 10007, Estados Unidos).
Nos tomamos la tarde libre por primera vez en el viaje. Se nos pasan unas cuantas horas donde nos entra por vena un espíritu consumista bastante impropio de nosotros, a la par que gratificante.
Salimos agotados, no estamos acostumbrados a este tipo de turismo comercial, así que volvemos al hotel con todas nuestras bolsas. Lo que no sabíamos es que una hora después estaríamos de vuelta en el Century21 por una mala elección de tallaje ¡En fin!
Pues tras idas y venidas, el día acaba con un agotamiento integral. Eso sí, grandes ilusiones, para el día siguiente, martes, tenemos planificado un itinerario que nos llama mucho la atención. Esos barrios emblemáticos de Nueva York...
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