ALEAS-IU te da razones para la huelga general del 14N
Sin lugar a dudas, hay muchísimas razones y podríamos ocupar miles de
líneas con todo aquello por lo que esta huelga es necesaria y urgente.
No obstante, hemos encontrado oportuno señalar ocho razones de peso en
lo que se refiere nuestros como derechos como personas LGTBI. Ocho
razones entre muchas más que legitiman que este 14N recuperemos la
“voluntad popular” en las calles. Lo haremos frente a aquellos que nos
niegan libertades y derechos. Se trata, entonces, de una convocatoria
que refleja los deseos de un pueblo que sangra y rabia por los ataques
que sufre. Mientras, los culpables de esta situación no pueden ni
merecen tener dignidad, ni razones ni apoyos tras haber vendido la
democracia a los intereses de los mercados, aún nosotras podemos estar
orgullosas de que nos sobran razones y de que somos un pueblo luchador y
comprometido con la libertad, la igualdad y la democracia.
Sin más, nuestras ocho razones, entre muchas más, por la Huelga General:
1. No olvidamos que existe, porque nunca desaparece y siempre nos
acompaña. Es la homofobia, la bifobia, la transfobia y la lesbofobia que
debemos combatir colectivamente para que las políticas que emanan de
las instituciones funcionen contra estas violencias. Porque somos del
pueblo que exige justicia y que se niega a pagar una deuda que jamás
generó. Cuando se infla de dinero público a los de siempre en nombre de
un curioso sentido común y de responsabilidad, nuestros intereses pasan a
un segundo plano. No debemos, no pagamos: 14 de noviembre, ¡Huelga General!
2. Si eramos bastantes las que no encajamos en el guión propuesto para
ser “hombre” o “mujer”, ya somos muchas más las que intentamos
dinamitarlo. Imperativo que nos resulta conocido desde los primeros años
de colegio, con la violencia sufrida, hasta entrar en la universidad
pública que ahora nos quieren robar. Ante esto, afirmamos que no será
posible desmantelar la heterosexualidad hegemónica, culpable de la
violencia que el marica o la bollo de la clase sufre, si la educación se
convierte en una mercancía para el negocio de los cuatro chorizos de
siempre, esto es, de empresarios, banqueros y jerarquías eclesiásticas.
En este momento reclamamos, con inmediatez y sin pedir permiso, nuestra
escuela, una escuela laica, pública, de calidad y con exceso de pluma. Menos religión y más educación: 14 de noviembre, ¡Huelga General!
3. El retroceso de derechos impuesto por los culpables de la crisis se
acompaña de una proliferación de discursos reaccionarios buscando el
“divide y vencerás”. De esta forma intentan trazar una frontera entre el
“buen” ciudadano reasignado a vivir arrodillado por su sentido común
viciado y la mala ciudadana “antisistema”, que se niega contemplar como
destruyen lo que el pueblo ganó en batallas pasadas. Un intento más de
proteger al verdadero delincuente: el capitalismo feroz que mantiene
secuestrada nuestra democracia. Por ello, es necesario llevar la
voluntad popular a las calles desafiando sus intentos de división y
criminalización. Ahora más que nunca, somos “nosotras” contra “ellos”. Esta estafa, no la pagamos: 14 de noviembre, ¡Huelga General!
4. Con una tasa de paro juvenil superior al 50% , muchas nos vemos
obligadas a poner freno a nuestros proyectos de vida y volver a la
familia nuclear radioactiva sin haber podido elegirlo. Ese retorno sale
bastante caro: lo pagamos volviendo al “armario” para evitar posibles
represalias. Nos obligan a ser heterosexualmente dependientes, a no
poder escapar del infierno que puede suponer vivir con quién nos somete
al dolor, la humillación y la violencia. Los de arriba pretenden que la
salida del “closet” sea un privilegio al alcance de unos pocos, un
trabajo fijo en peligro de extinción. La cantidad suficiente para
contribuir al nicho de mercado rosa, cuyo acceso es inviable para muchas
que hemos dejado de cobrar el subsidio por desempleo y vivimos cercanas
al umbral de la pobreza. Transmaribibolleras somos clase obrera: 14 de noviembre, ¡Huelga General!
5. Nosotras, como mujeres lesbianas y bisexuales, que hemos trazado otra
ruta frente al destino definido y supuestamente virtuoso del matrimonio
heterosexual, estamos viendo precarizada nuestra existencia debido al
paro femenino estructural inherente a este absurdo sistema económico. A
pesar de todo, hemos resistido y aquí estamos sin pedir perdón por
haber sobrevivido. Si se espera de nosotras que seamos esclavas
dependientes de un varón en el hogar, dulce hogar, y nos hemos rebelado
ante ese fatal destino, no haremos diferente cuando tratan de obligarnos
a vivir esclavizadas por el 1%. No nos arrodillamos ni ante la norma heteropatriarcal ni ante la patronal heterosexual: 14 de noviembre, ¡Huelga General!
6. Las sucesivas reformas laborales nos dejan desprotegidas ante las
agresiones que podemos sufrir en nuestros trabajos las que todavía
tenemos empleo. La destrucción de nuestros derechos laborales frente al
empresario que decide nuestra supervivencia no es simplemente un ataque a
las clases trabajadoras, sino que es una política que abre paso a una
LGTBIfobia que se esconde bajo el despido presuntamente “justificado” .
Una política de armario para todas, en tanto que se nos obligan a
esconder nuestras plumas para no ser descubiertas y evitar un despido
que nos dejaría sin condiciones materiales de supervivencia y que nos
expulsaría de la esfera de la ciudadanía laboral. Contra la patronal heteropatriarcal: 14 de noviembre, ¡Huelga general!
7. La reforma “provida” de Gallardón es toda una política de control y
sometimiento de nuestros cuerpos a la tiranía de normas que lo
convierten en un campo de batalla, pero donde tenemos claro que no
vamos a perder. Mientras defienden “la vida”, precarizan las vidas del
99%. Cuestionar nuestros derechos reproductivos y sexuales, como la
reproducción asistida o el acceso a las cirugías de reasignación de
sexo, es jugar con fuego. Sacaremos sus rosarios de nuestros cuerpos y ovarios: 14 de noviembre, ¡Huelga General!
8. Las alianzas entre xenofobia, LGTBIfobia y capitalismo resultan
criminales. En un momento donde son muy visibles las contradicciones de
un sistema que sobrevive a costa de nuestro sufrimiento y malestar, los
poderosos intentan salvar sus privilegios a través de la creación de
“chivos expiatorios” entre las clases populares. Un caso reciente de
política xenófoba son los recortes sanitarios que afectan a las personas
migrantes, y sobre todo, a aquellas que viven con el VIH. Voces
expertas ya han comenzado a barajar tasas de mortalidad similares a la
pandemia que combatimos en los años noventa. ¿De qué vidas habla
Gallardón? Al tiempo, en la calle se grita: ¡No son recortes, son ejecuciones! 14 de noviembre, ¡Huelga General!
Nos vemos en las calles y en los piquetes. ¡Sobran razones!
¡Transmaribibolleras a la huelga general!
Nota de Prensa ALEAS-IU
Revista Homo
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