¿Cuanto tiempo llevas pensando en arrancar de una vez tu negocio de coaching u otro servicio y aún así sigues retrasándolo?
O quizá ya has dado algunos pasos, has abierto una página de Facebook, has contratado a alguien para que haga tu web pero llevas semanas y semanas sin avanzar realmente…
>> Escucha el artículo aquí –>8 razones por las que sigues posponiendo lanzar tu negocio de coaching o asesoría (y las soluciones)
Dice Michael Port (autor de uno de los libros de marketing más vendidos), que si todavía no tienes resultados en tu negocio (y yo creo que es aplicable también para otros temas) es por una de estas dos razones:
- Porque no sabes qué hacer.
- Porque no haces lo que tienes que hacer.
Aunque esas son las razones más obvias, yo te quiero hablar de otra serie de razones que pueden hacer que no acabes de dar el paso y que sigas pensando en poner tu negocio (o en otra cosa, esto es aplicable a muchas situaciones distintas) pero no te atrevas o no te comprometas del todo todavía.
Y, por supuesto, también te voy a decir qué hacer al respecto.
Empezando por esas dos razones que menciona Michael Port:
– Si no sabes qué hacer para que tu negocio funcione, no sabes cómo conseguir clientes, cómo diseñar tus servicios, cuánto cobrar, etc, tienes que buscar ayuda.
Porque no va a llegarte la inspiración divina de repente y porque copiando lo que hacen los demás tampoco vas a llegar muy lejos.
Ya he dicho otras veces que detrás de lo que tu ves que hacen otras profesionales de éxito hay mucho más, hay una estrategia bien planificada con pasos antes y después de lo que ves.
Así que busca una mentora o apúntate a un curso (el mío está abierto por ahora).
– Si sabes lo que tienes que hacer pero no lo haces, lo primero que tienes que preguntarte es por qué.
Y sé sincera contigo misma, ¿por qué no haces lo que tienes que hacer?
Para poder vivir de tu negocio la constancia y la perseverancia son FUNDAMENTALES. Y es en lo que fallan muchas personas. Empiezan, abandonan a la primera de cambio, se ponen excusas. Así no llegas a ningún lado.
Pregúntate por qué y ponle solución.
Siempre hay alguna razón oculta, la verdadera razón de por qué no avanzas.
Así que vamos a profundizar en algunas. Estas son las más frecuentes, seguro que te suena alguna (o más de una) :
1. Miedo a perder tu estatus, el reconocimiento social que tienes hasta ahora.
Esto es algo que me comentan muchas clientas y lectoras y a mi me pasó también. Si tu negocio supone algo completamente diferente de lo que hacías hasta ahora y el estatus va a cambiar es muy posible que te afecte más de lo que crees y que incluso te pare.
A mi me pasó cuando cambié de científica a coach y, aunque puede parecer frívolo o superficial, te puede afectar mucho.
¿Cómo puedes superar esto?
Cuesta mucho, lo primero es aceptar que el estatus es importante para ti, no pasa nada, y recordarte que tener tu negocio lo es más. Que lo que te va a aportar compensa con creces ese cambio de estatus que, al fin y al cabo, siendo racionales, tampoco es para tanto.
A mi me ayudaba mucho esta pregunta: Si el estatus te diera igual ¿qué harías? La respuesta siempre era pues hacer esto o lo otro, seguir adelante. Pues hazlo.
Actúa como si te diera igual, aunque no sea así, y verás avances. Y llegará un momento en que esos avances te compensarán y poco a poco te empezará a dar igual de verdad..
2. Inseguridad
Todavía te sientes insegura, escuchas consejos de todo el mundo, todo te hace dudar y no llegas a avanzar. Incluso si sabes qué hacer o tienes una mentora. Como en el fondo te sientes insegura y te da miedo dar el siguiente paso, te afecta mucho lo que te diga cualquier persona y no avanzas.
¿Qué puedes hacer si es tu caso?
En primer lugar pensar bien en lo que ofreces y en el valor que tiene y por qué quieres hacerlo. Si tú no estás convencida y segura de los cambios que quieres hacer o del tipo de negocio que quieres, cualquier cosa te hará dudar y replantearte todo otra vez.
Sin embargo cuando lo tienes claro, te afecta mucho menos la opinión de los demás.
Y algo muy importante, escoge bien a quién escuchas.
Todo el mundo tiene buena intención y quiere ayudarte pero hay que ser sincera… Si yo quiero reformar una casa voy a un arquitecto no a un peluquero. Si quiero cortarme el pelo escucho a mi peluquero/a no al panadero, etc, etc.
Recibe consejos de alguien que tenga experiencia en lo que tú quieres hacer y al que le vaya bien.
Te irá mucho mejor que escuchando a cualquiera que quiera opinar aunque nunca haya tenido un negocio.
Y no solo eso.
Escoge entre las personas que de verdad saben. No intentes escuchar a todas. Elige un mentor o mentora con el que conectes, escucha sus consejos y ponte en marcha.
Así es como verás resultados, no mezclando consejos y cambiando de opinión cada diez minutos.
No tengas miedo de perderte nada, perderte el consejo de uno o las recomendaciones de otro. Elige a uno o una y céntrate, porque la dispersión es la principal causa de los malos resultados.
3. Miedo a no estar a la altura y a que no te contraten.
Y no me refiero al miedo al fracaso, que también puede estar presente, sino al miedo a que nadie confíe en ti, a que no puedas ayudar de verdad, a decepcionar a tus clientes o que crean que tú no eres quién para hacer lo que haces.
Un poco relacionado con el Síndrome del Impostor, que puede ser temporal, solo por el hecho de atreverte a hacer algo nuevo, a dejar tu trabajo y cambiar a otra cosa.
Este miedo se soluciona trabajando con clientes cuanto antes. Entonces verás que todo va bien, que eres buena y ayudas.
4. Miedo a perder el anonimato, a la exposición, a que todo el mundo lo sepa todo de ti.
El miedo a la exposición es muy frecuente, a mi me pasó y a varias de mis clientas. Eres reacia a la visibilidad, a aparecer por todas partes, a poner fotos tuyas. Tienes miedo de perder tu anonimato y privacidad.
La cuestión es que para tener un negocio tienes que ser visible y, como dice una de mis mentoras, estar hasta en la sopa. Y eso da reparo. Al final es una mezcla del miedo a las críticas y a perder tu intimidad.
La solución reside en encontrar el punto medio que funcione para ti.
Por un lado TIENES que ser visible y eso hay que aceptarlo. Las personas buscan a otra persona que les pueda ayudar no una web fría sin nadie detrás. Y buscan a alguien experto. Eso supone parecer en distintos medios, en otros blogs, hacer entrevistas, etc, etc. Y si no estás dispuesta, planteate bien lo de tener un negocio online…
Por otro lado, tampoco es necesario compartir cada minuto de tu vida si no quieres. Yo tengo muy claros mis límites y aunque comparto ciertos detalles con mis lectoras (y sé que les encanta porque me escriben para decírmelo) tengo muy claro qué comparto y qué no y conozco muy bien los detalles de privacidad de las redes sociales por ejemplo.
La verdad es que al compartir mis experiencias, mis reflexiones y trocitos de mi vida, mis lectoras conectan conmigo, se ríen con mis mensajes, confían en mi y cuando quieren ayuda me buscan a mi. No todas por supuesto, pero sí las suficientes para poder ganarme bien la vida.
Así que encuentra tu punto medio.
5. Agobio por la competencia.
Ves que cada vez hay más negocios online o más coaches o nutricionistas o lo que tú quieras ser y eso hace que te sientas agobiada y no seas capaz de dar ese primer paso.
¿Cómo vas a diferenciarte de la competencia? ¿Para qué intentarlo con todos los que ya hay ahí fuera?
Es verdad que cada vez hay mas competencia y también es verdad que donde hay competencia hay demanda. Más preocupante sería que no hubiera nadie dedicado a lo tuyo…
Si la competencia te agobia no mires a la competencia.
Sinceramente, una cosa es hacer un estudio para ver cómo puedes ser diferente y otra muy distinta estar todo el rato leyendo sus blogs o mirando su página de Facebook y sintiéndote cada vez más pequeña y más agobiada.
Deja de leer a la competencia, no te obsesiones. Fíjate en lo que tú quieres hacer y céntrate en eso.
De verdad te digo, porque a mi me ha pasado alguna vez, cuando veas que saber lo que hace tu competencia te agobia o te angustia, bórrate de sus boletines, deja de estar pendiente de lo que hacen y céntrate en lo tuyo. Notarás la diferencia.
6. Miedo a no encontrar clientes.
En este caso no me refiero al miedo a la competencia o a no estar a la altura, sino a cuando piensas “pero si yo acabo de empezar, si parto de cero, pero a mi quién va a leerme, quién me va a contratar…”
Es un miedo totalmente normal cuando empiezas y también tiene solución.
Si quieres que te encuentren tienes que moverte. Si quieres que te contraten tienes que mostrar lo que haces y diferenciarte de la competencia. Por tanto, es IMPRESCINDIBLE que aprendas marketing, que no es otra cosa que saber cómo atraer clientes y en un negocio es fundamental.
Así que contrata a alguien o apúntate a algún curso donde te enseñen qué hacer para atraer a personas interesadas, que conecten contigo y te quieran contratar (eso es algo de lo que hablo en el módulo 4 de mi programa, échale un vistazo aquí).
Aquí tienes entonces las ocho razones por las que no acabas de lanzarte. Todas tienen solución y hay algo en común para todas, si de verdad quieres tener tu negocio y que funcione.
O si de verdad quieres hacer ese cambio de carrera que dices.
O lo que quieras que tengas en mente.
Tienes que seguir adelante A PESAR de los miedos.
Sí, puedes analizarlos fríamente, pensar qué puedes hacer para que no te afecten tanto y contratar a quién tengas que contratar pero la realidad es que siempre vas a tener que echarle valor para seguir adelante.
Por eso aunque muchas veces sabes lo que tienes que hacer, porque tienes un mentor o te has apuntado a un curso, aún así no lo haces.
Porque tienes que arriesgarte y lanzarte.
Porque un mentor te puede dar herramientas, decirte qué hacer y ahorrarte tiempo y errores, pero la que tiene que hacerlo eres tú.
Por eso una parte importante de lo que escribo y de mis programas es la mentalidad y la motivación, para darte el empujón que necesitas sabiendo que vas a estar bien.
Cuéntame en los comentarios cuál de estos miedos te afecta más y, lo más importante, qué vas a hacer al respecto.
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