La piel es el órgano más extenso de nuestro organismo y por ello es necesario cuidarla para mantenerla saludable. La cosmética pasa a a ser nuestra aliada para este fin, aunque para que resulte eficaz hemos de saber hacer una buena elección del producto y tener constancia en su aplicación.
Nuestra rutina diaria es la clave para mantener una piel saludable. Para que esta sea correcta debemos saber bien que producto estamos comprando, si es el más adecuado para nuestro tipo de piel y necesidades, así como ser constantes en nuestro día a día,
¿Qué tenemos que tener en cuenta para que nuestra piel luzca saludable? Os lo explico en 10 claves a continuación:
10 claves para mantener la piel saludable
- Desmaquillar antes de limpiar: cuando nos maquillamos nuestros poros quedan obstruidos por lo que primero debemos ocuparnos de retirar el maquillaje con un producto específico y después aplicar los productos de limpieza para que cumplan su función de retirar la suciedad tanto de la superficie de la piel como de los poros.
- Limpieza: Durante el día la piel se llena de suciedad e impurezas. Limpiar bien el rostro tanto por la mañana como por la noche utilizando productos que no alteren su función barrera, ni que destruya sus lípidos naturales. Mantener la piel limpia es fundamental para mantener su salud y para que ésta luego absorba bien los principios activos de las cremas, serums, lociones… que nos pongamos posteriormente. Evitar productos con fragancias artificiales, parabenos, detergentes duros, colorantes… que pueden producir alergias, dermatitis e intolerancias. Buscar limpiadoras que a ser posible tengan un ph de 5.5, que será respetuoso con vuestra piel.
- Exfoliación: Al menos una vez a la semana debemos exfoliar nuestra piel. Mucho mejor si podemos hacerlo de dos a tres veces. La exfoliación renueva la superficie de la piel al eliminar la suciedad, impurezas y células muertas. Al igual que con las limpiadoras, debemos escoger bien el producto, que se adapte a nuestro tipo de piel y necesidades. No es lo mismo un exfoliante para pieles acnéicas que otro para pieles sensibles. En su elección debemos tener en cuenta también su textura, grosor de la piel, irregularidades de la piel, si hay arrugas o lineas de expresión…
- Principios Activos: Los cosméticos que elijamos deben tener incluidos los principios activos que necesita nuestra piel. Cada piel es diferente y tiene sus necesidades y saber las necesidades de la nuestra puede ser un poco complicado si no entendemos mucho de cosmética. Para tener un conocimiento más profundo de vuestra piel os recomendaría haceros un diagnóstico facial. Hoy en día lo realizan en muchos sitios. Por ejemplo, nosotros en la farmacia lo hacemos a nuestros clientes gratuitamente. El diagnóstico facial nos será de gran utilidad para conocer las características de nuestra piel, sus necesidades y poder aplicar los productos más adecuados.
- Hidratación: La hidratación es indispensable para la salud de la piel. Esta ha de ser profunda y ha de ejercercer una función antioxidante. Para ello mejor si elegimos cosméticos que contengan ácido hialurónico y vitamina B5. Como decía anteriormente, debemos elegir el producto adecuado ya que no se utiliza el mismo tipo de crema para una piel grasa, que para una piel seca. Los factores climáticos pueden alterar la hidratación de la piel, otro factor que debemos tener en cuenta a la hora de elegir nuestra crema.
- Proteger la piel: Cada día del año, ya sea verano o invierno, debemos proteger nuestra piel de las radiaciones solares. La radiación solar es culpable en un 90% de la aparición de signos de envejecimiento de la piel. Debemos utilizar protectores solares fotoestables y efectivos contra los rayos UVA y UVB, que sean tolerantes y no contengan químicos, ni sustancias artifiales. Hoy en día encontramos infinidad de cosméticos que incluyen un filtro solar, en cremas hidratantes, antiedad, etc…
- Constancia en la aplicación: La rutina de belleza es un protocolo que hay que seguir rigurosamente si queremos obtener resultados óptimos. Debemos seguirla a diario dejando el tiempo necesario entre aplicación de un producto a otro para que cada uno pueda ser absorbido por la piel y sus principios activos penetren y actúen.
- No substituir un producto específico por otro multiusos: los productos multiusos, por ejemplo, las limpiadoras hidratantes, no tienen la misma eficacia que una crema hidratante. Estos son ideales para días que tenemos prisa o si vamos de viaje, pero conviene utilizarlos de forma puntual. Como mencionaba anteriormente, una limpiadora hidratante, no nos proporcionará la misma hidratación que una crema.
- Cambios de la piel: con el paso del tiempo la piel va evolucionando y cambiando, y por lo tanto, nuestra rutina también. Debemos adaptarnos a estos cambios introduciendo nuevos productos o sustituyéndolos por otros que cumplan con las necesidades que tengamos en cada momento.
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