Seguro que más de una vez has pensado cuando termina el día que en qué se te van las horas y que no te ha dado tiempo a hacer todo lo que tenías previsto.
Es normal, los ladrones de tiempo están ahí día a día para eso, robarte el tiempo.
¿Cuáles son los ladrones de tiempo que más nos afectan diariamente?
Pues hay dos tipos, los externos y los internos.
Vamos primero con los externos:
1. InterrupcionesEs el ladrón de tiempo más común. Aquí metemos todas esas interrupciones que nos pueden surgir cuando nos ponemos a hacer algo como pueden ser llamadas, visitas no pactadas, peticiones de ayuda, etc.
2. NotificacionesSon similares a las interrupciones, con la diferencia de que casi nunca son urgentes como puede ser el correo, las redes sociales, mensajería instantánea, suscripciones, etc. La clave es recordar que ninguna tarea urgente llega a través de estos medios.
3. ReunionesSi trabajas con otras personas, necesariamente vas a tener que asistir a reuniones; también con clientes, socios o proveedores. Las reuniones en sí mismas no son ladrones de tiempo, solo cuando se hacen mal, es decir, no la has preparado bien.
4. UrgenciasEvidentemente, es imposible tenerlo todo controlarlo y a veces pueden surgir asuntos que requieran atención inmediata. El problema es que la mayoría de estas situaciones no son verdaderas urgencias, son ladrones de tiempo. Surgen de una mala planificación, cosas que no se hicieron bien en su momento, errores que no se corrigieron, tareas aplazadas, etc.
¿Te suena alguna de estos ladrones de tiempo?
Piensa por un momento cuánto tiempo te pueden estar quitando en el día a día.
Y por si te parece poco tiempo robado, vamos con los ladrones de tiempo internos.
Cuando no tienes una buena organización, el tiempo se escapa por todas partes: pierdes tiempo en decidir cuál es la tarea siguiente; tienes que dejar actividades a medias para atender otras que vencen antes, olvidas plazos y las tareas pendientes se convierten en urgencias. Vives asediado por ladrones de tiempo.
6. ProcrastinarSi aplazas de manera habitual las tareas que no te gustan estás tirando piedras contra tu propio tejado. Sabes que esas tareas no van a desaparecer, aplazándolas solo consigues que se conviertan en urgencias más adelante.
7. Aplazar la toma de decisionesEs similar a la procrastinación, pero menos evidente. En general, tomar decisiones es algo complicado. Implica renunciar a ciertas cosas y siempre existe el miedo a equivocarse. Por ese motivo, muchas veces es tentador aplazar el momento de decidir. El problema es que, mientras no te decides, las dudas siguen rondando tu cabeza y generando estrés.
8. No delegar y no saber decir "no"Estas dos conductas te roban mucho tiempo y energía. Cuando no delegas algunas de tus tareas y pretendes hacerlo todo, te sobrecargas y te quedas sin tiempo para las tareas que son verdaderamente importantes.
No saber decir "no" es igual de desgastante. Te obliga a hacer tareas que no quieres o que no te corresponden.
En tu vida personal y en tu trabajo la interacción con otras personas es muy frecuente. Para que estas interacciones no se conviertan en ladrones de tiempo que frenan tu productividad hay que comunicarse bien.
Equipo de Isra.
PD. Vivir la vida que uno quiere no es tan sencillo, pero tampoco es imposible, deja que Isra te guíe y empieza a aprovechar y disfrutar las 24 horas que tiene cada día.