La siempre temida e indeseable tiña puede aparecer en cualquier momento de la vida, pero los niños y las personas de la tercera edad son los más vulnerables a adquirirla.
La tiña es una colección de anillos en una zona de la piel, la cual puede proliferarse e infectarse, como también quedar en unas escasas manifestaciones. Sea como fuere, las molestias saben hacerse sentir y todo nuestro cuerpo puede resultar afectado por esta infección que se produce por esporas de los hongos, así como también nuestro cuero cabelludo y nuestras uñas.
El contagio es muy sencillo: por contacto con una persona infectada o con elementos que esta haya tocado. Pero aunque resulte difícil de creer, curar la tiña con remedios caseros es tan fácil como contagiársela.
Los remedios caseros que eliminan la tiña
- Papaya: gracias a las encimas de esta fruta, frotar una rebanada de papaya a diario hasta que finalmente desaparezca la tiña es práctico y efectivo.
- Aloe vera: debe ser el gel que se obtiene de sus hojas cuando las partimos, por lo que convendrá tener una planta en casa. Solo tienes que aplicar el gel varias veces al día.
- Vinagre y sal: se disuelve sal fina o gruesa en un poco de vinagre y se aplica con un algodón varias veces al día. Se lo deja actuar durante cinco minutos y después se enjuaga.
- Té de manzanilla: prepara esta infusión y consérvala en el refrigerador. Aplícala varias veces al día sobre los anillos.
- Té de jengibre: esta raíz es un antifúngico por excelencia. Por lo tanto, puedes aplicar el resultado de haber hervido jengibre en agua durante 5 minutos, así como también beber el té combatirá la infestación desde dentro.
- Quitaesmaltes: vuelca este producto en una mota de algodón o en una gasa y deja que repose en los anillos de tiña durante diez minutos. Se aplica una vez al día y después se enjuaga.
- Ajo: prepara una emulsión con dientes de ajo triturados y la cantidad de aceite de oliva necesaria. Aplicas en la zona afectada y dejas actuar durante 20 minutos.
- Aceite de coco: puedes usarlo solo o mezclado con aceite de lavanda. Simplemente tienes que aplicarlo frotando el área. No se enjuaga y se aplica varias veces al día.
- Cobre y vinagre: la mezcla consiste en dejar macerar unos trozos de cobre, los cuales pueden ser monedas, en un poco de vinagre. Posas el cobre en la parte afectada y lo dejas unos minutos. Se hace dos veces por día.