Leer y escribir de nuevo aquí estando aquí es extrañamente reconfortante, cuando estaba allí lo era menos.No echo de menos estar allí. Echo de menos a gente. Eso sí.
Aquí hay más luz. No hay persianas. Pinchan pescados en palos y dejan que las brasas los dejen listos para comerciar con ellos rechinando arena entre los dientes. Es fascinante. Hay tanta luz que a veces hay que descansar. Hay moños, churros, panecillos de nombres imposibles para describir cada bocadillo obviando esta palabra. Hay manteca, hay un cubo de colores gigante, hay vírgenes llorosas y puestos de caña de azúcar. Hay música en Pedregalejo y viajes a reinos británicos cercanos.
Yo solo quiero ponerme morena y que no se me vean tanto las pecas.
Un saludo desde aquí. Dad recuerdos allí, de mi parte.