El fin de semana pasado, como dije la semana anterior, estuve en Barcelona. El viaje fue más corto de lo que tenia pensado en un principio pero desde luego valió la pena el madrugón. El mes pasado fui invitada por Iberocruceros junto con otros bloggers y más invitados a su fiesta de inauguración de temporada a bordo de ni más ni menos de un crucero, el Grand Voyager, el pasado sábado 5 de marzo a las 4 de la tarde.
La última vez que fui en un barco que se le pueda comparar un poco, fue en septiembre de 2004, cuando fui al Forum. Me refiero al barco Fortuny de la Trasmediterranea, la empresa se llama Acciona ahora. Era un barco bastante nuevo con muchas salas y hasta jacuzzi que recuerdo que lo use a la vuelta, aunque un Barcelona – Palma de 8 horas en horario nocturno, no se puede comparar con un crucero aunque no salga del puerto como este caso.
Volviendo al crucero del fin de semana pasado, nos hicieron una foto al embarcar y al entrar en el barco nos acompañaron al camarote, cosa que ya no hacen ni en la mayoria de hoteles. El camarote tenia ventana y era bastante grande parecía una habitación de hotel. Nada que ver con los camarotes con literas estrechos en los que había viajado otras veces. Después de dejar las cosas fuimos al comedor donde nos esperaba un buffet de merienda. Más tarde en la presentación nos explicaron que servían comida 7 veces al día y que tienen huéspedes que no se saltan ninguna.
Después del buffet, dimos una vuelta por el barco, salimos la cubierta y vimos la piscina y dos jacuzzi. Esta vez no los probé, el mes de marzo no invita a estas cosas. También vimos el casino, salas de lectura, internet, guarderia, el spa y las tiendas.
Mas tarde llego la presentación en el Teatro, que nos explicaron las rutas que tienen por el Mediterráneo, Atlántico, América del sur y Escandinavia desde 2 dias hasta 15. También nos hablaron de los 4 barcos, del entretenimiento a bordo y sobretodo que son cruceros pensados para españoles, todo la información se da en castellano.
Después tocaba ponerse elegante para la cena de gala, donde había gran cantidad de platos para elegir. Me decanté por la milhojas de paté, queso y membrillo, el solomillo y la sopa fría de fresa y frutas del bosque.
A continuación en el Teatro, gente del club de la comedia nos hicieron reír para digerir la comida antes de echar unos bailes en la discoteca en la plata superior para terminar la noche.
Pero la fiesta no termino aquí, a la mañana siguiente nos esperaba un buffet de desayuno de despedida antes de abandonar el barco después tan fantástica velada. Si los cruceros son esto, quiero otro ya.
Hasta aquí la crónica del crucero, mañana más con el paseo por Barcelona que vino después con Viajeros sin Limite.