Cuando algunas efemérides se repiten cada año es casi inevitable repetirse también. O repetir algo publicado. Camilo José Cela decía que todo está escrito, pero hay que escribirlo de nuevo porque la gente se olvida. Volver a publicar, ya lo hemos dicho, es republicar, y ese es un verbo que nos agrada conjugar, lo que sigue se publicó hace cinco años por estas fechas:
La fiesta del solsticio de verano se celebra en muchos paises y localidades de Europa, no sólo en el Mediterraneo, desde el proverbial “tiempo inmemorial” de los adoradores del sol.
3.1 Austria, 3.2 Brazil, 3.3 Bulgaria. 3.4 Canada (Quebec / Vancouver), 3.5 Croatia, 3.6 Denmark, 3.7 Estonia, 3.8 Faroe Islands, 3.9 Finland, 3.10 France, 3.11 Germany, 3.12 Hungary, 3.13 Ireland, 3.14 Italy, 3.15 Jersey,3.16 Latvia, 3.17 Lithuania, 3.18 Norway, 3.19 Poland, 3.20 Portugal, 3.21 Romania, 3.22 Russia and Ukraine, 3.23 Serbia, 3.24 Spain, 3.25 Sweden,3.26 United Kingdom, 3.27 United States of America celebran los dias de 21 al 24 de junio y, especialmente la víspera del 24 con jolgorio, cohetes, fuego y brindis—literalmente—al sol.
La clásica comedia de Shakespeare “Midsummer night’s dream” habitualmente traducido al español como “Sueño de una noche de verano”, no se refiere a cualquier noche estival sinó, precisamente, a una noche concreta, la de “Midsummer”, la del 23 al 24 de junio. Cosas que se pierden en la traducción (Lost-in-translation) aunque para muchos españoles la “noche de mitad del verano” sería la del 14 al 15 de agosto, víspera de la Asunción para los católicos, La Paloma para los madrileños.
La fiesta es para gozarla pero y lamentablemente, tiene sus riesgos. Unos son inherentes al ritual de la fiesta: las hogueras y los cohetes son oportunidades para que la imprudencia se traduzca en quemaduras o lesiones. En el Mediterráneo nos creemos que tenemos ya mucha experiencia, pero eso es algo que se adquiere con el tiempo y los niños aún no lo han tenido y son las más probables víctimas de accidentes.
Otros riesgos son comunes a todas las fiestas: las aglomeraciones, el uso y abuso de tóxicos diversos—el más común el alcohol—y el tránsito rodado, asociado o no con el consumo de alcohol, cada año se cobran algunas vidas, habitualmente jóvenes.
Algo a recordarnos a todos para que no se nos “agüen” las fiestas.
Este año, Año Shakespeare, 400 aniversario de su pase a la historia, recordamos su comedia y que la fiesta de San Juan tiene su algo de rito de paso para muchos adolescentes y tales expriencias no siempre son del todo benéficas. Pero y en cualquier caso, hechas las debidas admoniciones y precauciones, os deseamos a todos una buena fiesta.
X. Allué (Editor)