Revista Cultura y Ocio
"Malorie pensativa, de pie en la cocina.
Tiene las manos húmedas. Está temblando. Nerviosa, tamborilea con el dedo gordo del pie en la baldosa rota. Es temprano; probablemente el sol apenas asoma por el horizonte. Contempla cómo la tímida luz suaviza la tonalidad oscura de las densas cortinas y piensa,
Eso ha sido la bruma."
Esta vez fue culpa de Antonio Torrubia. Él me enseñó el libro y el book tráiler y provocó mis ganas de sumergirme en esta novela incluso antes de que saliera a la venta. Lo cierto es que cuanto más veía sobre la trama, más llamaba mi atención y no tardé en encargárselo a mi librería habitual. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, A ciegas.
Conocemos a Malorie de pie junto a una ventana. Vive encerrada en una casa y, si sale de ella, lo hará con los ojos vendados. Sabemos que tiene dos niños con ella, sin más nombre que Niño y Niña y que los tres viven en esas mismas condiciones porque hay algo aterrador esperándolos, acechando. Y sabemos que hoy es el gran día: van a salir.
La primera novela de Malerman distribuye su historia en dos hilos temporales que se alternan. En el presente conoceremos la huida de esta mujer y los niños, y en el hilo anterior, descubriremos de qué modo han llegado a este punto y el entorno que los rodea. Con un pie firmemente apoyado en el terror psicológico, esta novela nos enfrenta a lo desconocido dejando que nuestra imaginación ponga forma a lo que ha hecho que el mundo llegue a una situación desesperada. A medida que avanza la novela, la atmósfera se va cargando de un miedo a lo que puede pasar, a lo desconocido, a la muerte y la locura que va haciendo mella en el lector de forma opresiva obligándolo a seguir. No podemos evitar hacer conjeturas sobre lo que sucede y también sobre las soluciones que hubiéramos tomado. Vemos a Malorie avanzar hasta el momento actual, la conocemos temerosa, los primeros momentos, el embarazo, los compañeros de piso, la sociedad... y contenemos la respiración esperando al punto en que ambas historias se tocan buscando un final.
Eso me lleva a la parte final. En este tipo de historias es muy difícil acertar con el final, de hecho, lo que a un lector le parece un acierto es posible que a otro le parezca un desatino, ya que llevamos páginas haciendo suposiciones. En mi caso tengo que decir que, pese a que ha acertado de pleno en algunas de mis ideas, me hubiera gustado que optase por otro tipo de desenlace. Eso no significa que sea un mal final, ni que deje la trama coja en ningún caso ya que el libro cierra la historia a la perfección, es algo totalmente subjetivo. Pero no os doy pistas, ya que hacerlo estropearía la historia. Y esta es una historia a la que conviene llegar "a ciegas", de la que se disfruta en cada parte del camino. Y, si bien os he dicho que Malorie comienza la historia junto a una ventana, lo que no os he explicado es que las ventanas de las casas están tapiadas o, como es el caso, cubiertas con mantas que impiden ver la calle.
El motivo os invito a descubrirlo por vosotros mismos en un libro angustioso que no os durará más de unas horas.
Por cierto, una cosa que no os había preguntado, ¿qué libros aterrizaron en casa por Navidad?
Gracias
PD: El book tráiler. No dejéis de verlo.