El caso es que la embajada de España en Japón es de lo peorcito en funcionamiento que he visto en mi vida: No cogen el teléfono aunque estén libres (eso lo he vivido llamando y viéndolo desde dentro), contestan a los mails cuando les da la gana, empatía 0, preocupación por los españoles cuando el terremoto 0 (aún así diciendo mentiras que nos habían contactado, etc), empatía 0, y así puedo seguir un rato mas... una vergüenza vamos.
El Embajador con un traje a rayas
Pero el caso es que este día es lo único bueno (o al menos lo único bueno que yo le he visto) que tiene la embajada, que monta una fiestecita y podemos ir a comer jamón y paella entre otras cosas, y beber vino o cava de gratis, que se agradece. Así como buen catalán si hay algo gratis (bueno pagado anteriormente con nuestros impuestos) allá que me voy.
Una vez allí había un poco de todo, empresarios, estudiantes, trabajadores, japoneses, algún miembro de embajadas vecinas, el embajador, ... podías ver a muchos tipos diferentes de personas desde los que iban mega impecables hasta los que iban mas tiradillos.
Nada mas entrar había una cola bastante grande, pero no era para entrar, ¡era para saludar al Embajador! Ya me dirás que ganas de saludarle, ibas a decirle que eras un Español ejemplar o le ibas a pedir un autógrafo, bah... pero cada uno a lo suyo, yo me fui para adentro a tomarme la primera cerveza y a charlar con un grupo de amigos que ya estaban por allí.
Por allí pues nada, comiendo tapas variadas, bebiendo, charlando... estuvo bastante entretenido, y al final con los postres incluso había churros con chocolate, de los cuales un par si que cayeron, no estaban mal.
Yo acabé bastante lleno, así que por una vez en lo que llevó en Japón pude decir que algo relacionado con la embajada de España en Japón estubo bien...
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