A Coruña se rinde a Extremoduro.

Termina de sonar "Al cantar", se apagan las luces, aparece un operario, ruidos de grúas y, de repente, un contenedor comienza a bajar del techo de un Coliseum a reventar. Se destapa el contenedor y, con una luz cegadora, aparecen ellos, aparece Extremoduro, con Robe y Uoho al frente, con una intro espectacular que hizo botar a todo el recinto, tanto en las gradas como en la pista.
Comenzaron con una larga introducción de guitarra, tanto de Robe como de un magnífico Iñaki Antón, que completó un concierto inolvidable al final de este, con un inacabable solo de guitarra recordando su etapa en los Platero.
Agradeciendo al público que allí nos hallábamos, comenzó un concierto de casi tres horas largas, con un descanso de veinte minutos entre medias.

"Calle Esperanza", "Golfa", "Dulce introducción al caos" o "Ama, ama y ensancha el alma", recordaron la larga trayectoria de la banda extremeña; mientras que, canciones de su nuevo álbum, como "Entre interiores" - para mí la mejor del concierto - o "¡Qué borde era mi valle!" añadieron aún más sentimiento al concierto. Además, anonado a todo el público al cantar una canción nueva que no quisimos grabar a petición del propio Robe.
Un concierto que no entendía de edades, como a lo largo de la gira, ya que estaba banda lleva más de 20 años por los escenarios de España y de fuera de ésta.

Para muchos, como yo, ha sido el primer concierto de la banda extremeña a la que asistieron; para otros, con más largo recorrido en los espectáculos de la banda, será, al igual que los novatos, un concierto inolvidable en el que la puesta de escena dio mucho juego, pero en el que, sin duda, la voz de Robe, la guitarra de Uoho y el resto del equipo fueron la parte principal de un evento único. Ese rock transgresivo, duro, urbano y siempre poético que marca a la banda sigue y seguirá siendo la esencia de este grupo que ya tiene enganchada a varias generaciones.
Este 19 de julio, A Coruña se rindió a la banda extremeña.

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