Esta semana parece que ha aterrizado un virus en el planeta que provoca decisiones, acciones y manifestaciones total y absolutamente locas y que el sentido común es algo del pasado.
Para empezar Rajoy y Mas dicen que van a hablar. Rajoy quiere luz y taquígrafos y Mas lo acepta pero dice que preferiría algo más discreto. Creo que de nuevo Mas falla en la estrategia porque creo que quien debería pedir luz y taquígrafos es él para evitar la repetición de la ruin jugarreta que le gastó Rajoy después de su reunión del 20 de Septiembre 2012, cuando más de un mes después y a pesar de que justo al final de la reunión afirmó que Mas no le había hablado de independencia, acusó a Mas de haberle chantajeado con la amenaza soberanista. Creo que Mas debería estar preparándose para un “show” considerable. Estoy seguro que Rajoy ha aceptado la reunión porque ya era claro y palmario que quien se niega al diálogo es él, pero la aprovechará para reafirmarse en su exigencia de una rendición incondicional y repetirá, como si no lo hubiese hecho miles de veces, la gran falacia de que la consulta es ilegal.
Los que queremos una salida negociada del problema catalán lo tenemos cada vez peor. Rajoy y Montoro diciendo que aunque la Administración Central siga incumpliendo acuerdos hasta dar la impresión que se los pasan por donde no suena, y en Catalunya los partidarios de que se celebre la consulta son más del 70% de los votantes, la única salida es la rendición incondicional y seguir callando, pagando y votando lo que ellos quieran, y ahora salen unos llamados intelectuales con un manifiesto que le exige a Rajoy más contundencia contra el soberanismo catalán. Los que se pueden considerar líderes de estos fanáticos de los choques de trenes, ambos faescistas, son por un lado Mario Vargas Llosa, luciendo su Premio Nobel, aunque considero a los premios como una demostración de estupidez humana porque no existe “el mejor” sino los mejores, y colocar a uno por encima de los demás es siempre injusto, y más todavía los Nobel, de los que se podría hacer una larga lista de incongruencias, hasta el extremo de darle el Nobel de la Paz al peor especialista en guerra sucia de los años setenta: Henry Kissinguer. Además Dn. Mario no ha sido nunca muy claro en sus tendencias políticas, a veces en apariencia liberales pero básicamente de extrema derecha, que ha atacado a dictadores, pero también los ha defendido. La otra faescista es la diputada del PP Cayetana Alvarez de Toledo, aristócrata castellana y por tanto educada en lo peor de la catalanofobia, que en Febrero de este año publicó un incendiario artículo en el Financial Times contra los movimientos independentistas de Escocia y Catalunya, que mereció respuestas muy duras del propio periódico, incluyendo una muy contundente del anterior Cónsul General del Reino Unido en Barcelona que la llegó a calificar de colonialista decimonónica, y que a las pocas semanas en otro artículo del mismo periódico cuando apareció por primera vez el calificativo de “Partido Té” al PP como el “Tea Party” español, pusieron su artículo como un ejemplo de las razones para aplicarles el mote.
Desde que a finales del 2012 empezó la movida en Escocia y Catalunya estoy declarando mi profunda e insoportable envidia de la forma en que están solucionando el problema los británicos, pero después de este manifiesto ya estoy convencido que a nivel político y mental los británicos están en el siglo XXI mientras España está todavía en el siglo XIX, aproximadamente en las fechas en que asesinaron al general Prim. Fijaros sino en algunos de los párrafos del susodicho manifiesto, que no son los peores, pero si los más espectaculares:
El desafío secesionista no ha recibido la respuesta que merece. Proliferan maniobras opacas para ofrecer nuevos privilegios al nacionalismo a costa de la soberanía (?) de los españoles.
Reclamamos al Estado que aplique la ley y advierta de las consecuencias de violarla. Ninguna infracción debe quedar impune.
Rechazar toda negociación que so pretexto de evitar el conflicto que plantea el secesionismo catalán limite la soberanía de todos los ciudadanos y el ejercicio de sus derechos (?).
Alcanzar un pacto que establezca un compromiso de unidad frente al secesionismo y garantice la decisión de someter al referendo común, con participación de todos los españoles, toda alteración de las bases constitucionales.
Es decir. Aunque desde Catalunya se plantee el tema con una actitud pacífica y pactista, nada de nada. Quizás no hace falta mandar los tanques como pidió Vidal Quadras, pero si debe aplicarse la tanda de palos que venga a continuación en la lista de represalias contundentes, porque da toda la impresión que los firmantes del panfleto están convencidos de que en Catalunya no solo quieren votar la consulta, además pretenden meter al resto de españoles en jaulas, privándoles de su soberanía y del ejercicio de sus derechos.
Por supuesto, como lo expresarían en el patio de una guardería: todo y todo y todo es ilegal. El Referéndum escocés fue aprobado por Gobierno y Parlamento y mediante una ley que cede temporalmente a Escocia el derecho a celebrarlo, y aquí y en la Conchinchina se podía haber hecho exactamente lo mismo por más que todos los faescistas, simpatizantes y allegados repitan la falacia de la ilegalidad incesantemente. Falacia que fue contestada por el famoso grupo de jueces de Catalunya con argumentos estrictamente jurídicos para recibir una respuesta que no consistió en argumentos jurídicos en contrario a los suyos, sino en la apertura de un expediente y todo tipo de intimidaciones incluyendo una ilegal publicación de sus fotos, que por supuesto ha quedado en nada, porque para los franquistas de nuevo cuño, al igual que para los originales, lo importante no son las leyes sino la obediencia.
De negociación nada de nada, como corresponde a la gente democrática, civilizada e intelectual que ha firmado el manifiesto, faltaría más.
Exigen el compromiso que cualquier modificación de la situación constitucional actual debe ser sometida a referéndum común con participación de todos los españoles. ¿Os acordáis de que el 25 Octubre 1979, cuando la Constitución Española llevaba ya un año de vigencia, votasteis en referéndum el Estatuto de Guernica que otorgaba al País Vasco la total independencia fiscal de España? ¿No verdad?. No os podéis acordar porque solo votaron los vascos. Esa obsesión franquista de que cualquier consulta debe votarse en toda España no es más que otra falacia, eso si, aplicable solo a Catalunya, porque si los señores vascos quieren montar otro referéndum en el futuro, los que tanto gritan van a estar calladitos y muy guapos.
Mañana más.