Ponga hoy las noticias en televisión, fíjese en los reporteros que aparecen y si encuentra a alguno que tenga más de 40 años, avíseme. Nadie conoce la razón, nadie ha resuelto el misterio... pero los periodistas se evaporan en torno a esa edad. No digo se jubilan, digo se evaporan porque literalmente desaparecen si no trabajan en TVE o en la Forta.
Este fenómeno de combustión espontánea del reportero se produce sobre todo en la televisión y sobre todo fuera de Madrid, donde las redacciones se rejuvenecen a marchas forzadas. Un día eres el más joven, al siguiente el veterano y al tercero estás fuera. Nadie te echa, creo, es solo que ya no encajas.
A partir de ahí, otro misterio, ¿a dónde van los periodistas más allás de los 40? Hay quien dice que se les ve por gabinetes de prensa, algunos han aparecido por Madrid y otros se hicieron jefes para seguir en los medios. Yo prefiero pensar que van al cielo de los periodistas, una especie de redacción hecha de nubes donde se cobra mucho, se trabaja poco y hasta el periodismo está bien visto. Amén.