A dos (o tres) velas

Como he dicho varias veces, soy muy hogareña y me gusta tener mi casa acogedora. Es una especie de hobby que tengo o más que hobby yo diría que es una necesidad. Sentirse a gusto en casa es muy importante y sobre todo cuando se vive sola es necesario que la casa te haga sentir arropada.

Ahora que viene el fresquito empiezo a encender velas, digo lo del fresquito porque en verano con el calor no es plan. A no ser que sea en exterior y para ahuyentar a los mosquitos.

No es que me ponga a rezar a los santos, ni que haga un altar, ni nada de eso. Cuando estoy en casa tranquila enciendo velas de olor. De las bonitas. Puestas en sitios estratégicos y que tengan buena presencia. Que además de dar aromas hogareños e iluminar queden bonitas cuando estén apagadas.

Mis preferidas, con diferencia, son las de Black Vanilla de Zara Home. Me gustan por su aroma a Vainilla (es mi olor preferido) y porque duran y son bonitas en todas sus variantes . En Zara Home tienen mucha variedad de aromas pero para mi gusto las de Black Vanilla ganan con diferencia, aunque todo es probar. Tienen una gama completa de productos de cada aroma: sprays, ambientadores en sticks, incienso, jabones… hasta ambientadores para coche ¡qué no diga nadie que un coche no puede ser un hogar!. Puro glamour del bueno.

Vela Black Vanilla de Zara Home

Pero hay más velas. En Ikea las hay para todos los gustos, aromas y tamaños. Para la cocina me gustan mucho, cuando guiso algo con tendencia “apestosa” (pescado, coliflor y cosas así) pongo una vela y mano de santo. En mi querido Primark también las hay, son muy bonitas y baratas ¡y de vainilla también!, y a juego con las toallas.

Vela de Ikea

Otro uso que les doy es ponerlas en el baño, en este caso las uso de lavanda porque se supone que es un aroma relajante (y porque el color morado combina muy bien con mi baño, la verdad). Darse un baño de espuma (de Marks & Spencer, por mantener el glamour) calentito (más bien me escalfo como un tomate) a la luz de las velas es un básico anti-estress.

Velas de Primark

Vamos, que las tengo por toda la casa y que conste que no parece que estés en la catedral de Burgos, para nada.

Os recomiendo la vela-terapia. Merece la pena.

Cuando hace frio, te tumbas en el sofá con tu manta a leer y enciendes una o varias velas y se te olvida el mundo (el mundo que quieras olvidar, claro); bueno, y si lo acompañas con una copa de vino ya te olvidas del mundo en general.

Ah, una cosa para terminar: no se os olvide apagarlas antes de salir, que luego pasa lo que pasa y aquí pirómanas no somos.

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