Esta historia debe tener un fin, que no lo sabemos aún.
Yo personalmente no voy a facilitar a aquellos, que se han estado afilando los dientes como lobos, que esperaban una sentencia desfavorable a José María del Nido para comenzar a despedazar a este Club. Y no hablo precisamente de sevillistas, sino de aquellos que, en un ejercicio de autocomplacencia inmunda, adoraron al que les estuvo robando años y años y tan solo se levantaron como masa enfurecida cuando el rival siguió ganando más y más títulos, hasta tenerlo a una distancia infinita.
En el sevillismo no hay “delnidismo” porque la filosofía del sevillista no lo permite. En otros clubes sí hubo mucho “ismo”, para reventar y para regalar, y prefiero a un presidente imputado, aunque me duela, que no condenado en firme aún, que asistir a besawebos permanentes y pedir beatificaciones esperpénticas.
Y digo esto porque el debate está en el sevillismo ahora mismo, esta es la diferencia, enteraos bien, donde nos encontramos a una buena parte comprendiendo que, aún sin que exista una condena en firme, la institución no debe tener un presidente en el ojo del huracán hasta que consiga demostrar su inocencia plenamente, y por otra, a los que como yo piensan, que José María del Nido no debe abandonar la nave y es algo que quiero argumentar.
José María del Nido ha sido absuelto de siete de los ocho cargos que se le imputaban, en los que el fiscal pidió hasta 30 años de cárcel. No ha condenado por apropiación indebida, robo, o algo parecido, sino por asesorar a Julián Muñoz. Es decir, ha sido condenado por uno solo de los ocho delitos iniciales. No quiero decir que la condena sea un hecho sin importancia, que la tiene y mucha, quiero decir que ese delito que se le imputa tiene visos de ser revisado por el Tribunal Supremo, además de otras instancias superiores, y que termine siendo absuelto también.
No seria ni la primera vez ni la última.
José María del Nido debe dejar la presidencia cuando la sentencia sea firme, pero mientras exista la mínima sombra de la duda, léase presunción de inocencia, la gestión del presidente del Sevilla FC actual es aval suficiente como para que siga capitaneando este, no ya barco, sino transatlántico de Andalucía.
No más De Caldas, ni Escobares, ni personajes de la misma calaña, ni luchas por el poder, ni desestabilización. La permanencia de Del Nido y el debate en la calle que esto va a generar, en las actuales circunstancias, es un mal menor para la institución. Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer.
Cuando sea condenado en firme, si es así, irremediablemente José María del Nido deberá abandonar la presidencia, mientras tanto el modelo de gestión, con sus fallos claro está, debe seguir permaneciendo.
Tan solo si el presidente dimite por motu propio y como decisión personal debe ser respetado, eso sí, veremos después cómo se desarrollaría esa lucha por el poder en la cúpula blanquiroja.
Por lo que mí respecta, desde la pequeña parcela que supone mi blog, un simple grano de arena sin duda, que los lobos ávidos de sangre sigan afilándose los colmillos hasta que se les gasten.
José María del Nido tiene todo mi apoyo hasta que sea condenado en firme.
SI TE GUSTA EL ARTÍCULO TUITÉALO.