Revista Opinión

A finales del siglo XIX el catalanismo aumentará su carga icónica

Publicado el 13 noviembre 2013 por Manuhermon @manuhermon
Pasaron tiempos de vivas a España y banderitas españolas, -encuentro cultural en la Provenza-, nada muy diferente al resto de España, con la particularidad de que Espartero bombardea Barcelona en 1842 cuando ésta se revela al sentir amenazado el proteccionismo a su industria, exigido para mantener el monopolio de sus productos en el resto de España. El siglo es convulso en guerras y revoluciones, en toda Europa, y dejará rescoldos hasta mediados del siglo siguiente en toda la población española de luchas progresistas y reaccionarias. Se cargará de catalanismo y valores nacionales durante estos años finales y primeros de siglo XX, que para ser más firmes exagerarán las diferencias con lo español hasta límites escandalosos, construyendo relatos, historias, tradiciones, todo un edificio de enfrentamientos mutuos, de identidades y rasgos míticos inventados, el trabajo, la vibrante sociedad civil.
A mitad del siglo, 1868, seis años de revolución, derrocamiento de Isabel II y primer intento de instauración democrática en España contra el absolutismo borbónico, al principio como monarquía parlamentaria, posteriormente como I República 1873/74 hasta el golpe de estado del general Pavía. No es lugar para analizar esta cuestión solo para reseñar que como fracaso social exacerba enfrentamientos y designa culpables. A partir de aquí Cataluña se hizo más nacionalista y conservadora, la emocionalidad se extenderá desde minorías selectas a las capas populares. En 1871 nace La Renaixensa, inicialmente revista cultural, muy pronto pasará a ser un medio de prensa influyente en la difusión catalanista y su enfrentamiento con lo español, pasando a convertirse en órgano paraoficial de la Unión Catalanista, pasó por diversos avatares y fue poco a poco arrinconado por la Lliga Regionalista hasta su cierre 1905.
Valentí Almirall, (1841-1904) republicano, federal, participó en los trabajos federalistas del sexenio revolucionario, ideólogo del catalanismo político, fundador del primer diario en catalán en 1879 Diari Catalá impulsa en 1880 el primer Congreso Catalanista y propulsor del diferencialismo étnico, al difundir que los catalanes son una raza diferente a la raza castellana creará un cuerpo aparentemente respetable que extenderá rasgos xenófobos, que persistirán adaptados a cada momento, Almirall dentro de su defensa de los intereses morales y materiales de Cataluña, promovió el Memorial de Agravios entregado a Alfonso XII -Tanto las reivindicaciones, como el memorial, suenan muy parecido en el 2013 a los presentados por la Generalitat al Gobierno español-. En 1885 encabezará una lucha proteccionista de la burguesía industrial catalana, en 1886 publicará ‘Lo Catalanisme’, sistematización de los postulados catalanistas y en 1887 publica ‘L’Espagne telle qu’elle est’. Su obra es una sistematización de defectos y vicios castellanos y virtudes catalanas, por las cuales como pueblo elegido y unido le corresponderá liderar los nuevos tiempos modernos del liberalismo, la industria y comercio, adobado con intentos de legitimación científica, antropológica, psicológica, y recorrido por el diferencial étnico, la raza que abre la puerta a la xenofobia.
Gener profundizará el racismo,  predice que España se disolverá debido a lo impuro de la raza castellana, mestiza de semita, la Meseta falta de vegetación y pobre de oxígeno, España lastre para la Cataluña aria… Sin duda son influencias visibles en amplios sectores del independentismo actual. Joan Maragall embellecerá la diferencia, católico, modernista sintetizará en su poesía del Himne Ibéric lo sola y desafortunada que es Castilla, lógicamente en su comparación con Cataluña.
Sola, sola enmig dels camps,   Sola, sola enmedio de los campos,
terra endins, ampla és Castella.   tierra adentro, ancha es Castilla.
I està trista, que sols ella   Y está triste, que solo ella
no pot veure els mars llunyans.   no puede ver los mares lejanos.
Parleu-li del mar, germans!   Habladle del mar, hermanos!

‘Maragall ahondará en la noción de una España envejecida, vacía, momificada. Una España dominada por el caduco espíritu centralista…que amenaza con corroer por contagio a los catalanes… chulismo y flamenquismo, inherentes a la raza decrépita que controla España…Maragall aludiría sistemáticamente a rasgos como desorganización, pobreza, ausencia de grandes hombres, corrupción…’ Escribe Angel Duarte en ‘España desde Cataluña. Cepas de una apreciación de largo alcance.’ Del libro ‘Historia de la nación y del nacionalismo español’ VVAA. Galaxia Gutenberg, 2013’
Prat de la Riba (1870-1917) conservador y católico, se convertirá en uno de los iconos del catalanismo, funda la Lliga en 1887 y presentará las Bases de Manresa en 1892, un programa de reivindicaciones que será recurrente: la patria catalana como única patria y la lengua como expresión de la nacionalidad, reclama la restauración de las instituciones históricas y considerar idioma exclusivo el catalán, reservar cargos públicos para los nativos y la comarca como entidad administrativa básica, cortes corporativas y tribunal superior de justicia en última instancia, poderes militares y de orden público, y moneda propia,  en 1906 publicará ‘La Nacionalitat Catalana’. Cataluña y media España, se hace federalista con el impulso de Pi i Margall, (1824-1901) político, filósofo, escritor, intelectual, periodista, jurista, propugnó el federalismo, presidente de la I República en 1873, posteriormente ministro, diputado, encarcelado, perseguido.
En estos años se produce la elevación de Casanova a icono independentista –Prat de la Riba fue reticente a glorificarlo como héroe- una derrota sangrienta el 11 de septiembre, se instituyó como fiesta nacional catalana a finales de siglo… Un problema aún pendiente sería determinar qué sentido tenía resistir en 1714 ¿que se pretendía conseguir defendiendo en la sucesión al trono español al archiduque Carlos? cuando éste ya había tomado la decisión de rechazar el trono español a favor de los borbones, al irse a Viena en 1711 aceptando el de emperador, ¡tres años antes! Luchar para conseguir un objetivo, sin contar con las fuerzas a favor y las contrarias, ¿no será un grave error del que no deberían responsabilizar a los otros? Parece recurrente no medir las fuerzas y dar saltos en el vacío, en 1931, el 14 de abril, proclamarán la República Catalana en Barcelona, y en 1934 otra vez declararán su independencia unilateral. Volveremos sobre ello.
En el tránsito de los siglos XIX a XX las tensiones sociales aumentan, crecen enfrentamientos y agravios, la carga de insultos, desvaríos y desprecios entre ambas razas o civilizaciones, en que se han convertido los catalanes y los españoles, las causas aparentes serán: la difusión de lengua propia, la organización política independiente y las disputas económicas reclamando protección para su industria. Aparece la competencia de Barcelona con Madrid utilizada como polos contradictorios de modernidad, industrialización y administrativismo,  con que se pretende rodear la diferencia insalvable del catalán y español, estableciendo al tiempo una diferencia en su sentimiento de españolidad entre pueblo interior, provincial con el industrial y urbano, sin duda todos rechazan la centralización y defienden particularidades, aunque no interpretarán de la misma forma el soberanismo.
Enmarcado en la crisis del 98, las pérdidas coloniales remueven la intelectualidad española en busca de explicaciones y respuestas y por otro la crisis económica golpea en la economía española y particularmente en Cataluña que pierde sus bancos en las colonias y sus mercados, aumentan las protestas de comerciantes e industriales por los impuestos, crecen las luchas obreras por reivindicaciones de clase, huelgas, represión, -Semana Trágica de Barcelona 1909- se multiplica la defensa de reivindicaciones catalanistas, la Iglesia, siempre nacionalista, defiende el idioma catalán para predicar, surgen reclamaciones por el déficit fiscal, crece el victimismo acusatorio contra España culpable de la muerte de sus hijos catalanes. En 1914 Prat de la Riba constituye la Mancomunidad de Cataluña que suspenderá Primo de Rivera, al igual que la bandera catalana y el idioma, también la sardana, y como de costumbre la represión produce respuestas solidarias españolas, en 1924 más de un centenar de intelectuales castellanos firmaron un manifiesto a favor de la lengua catalana. Ricardo García Cárcel. La tensión política en relación al separatismo crece en toda España hasta la República y posterior guerra civil.

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