Revista Cultura y Ocio

A flor de piel. Javier Moro

Por Mientrasleo @MientrasleoS
A flor de piel. Javier Moro
     "La joven se abrió paso a empujones entre las bestias apretujadas en la entrada de su casa siempre en penumbra. Aparte de la peste habitual a orines, a sudor anima y a paja mojada, un tufo a mandrágora la puso sobre aviso. "¿El médico?", se preguntó extrañada. Sólo se oía el resuello de la vaca y el piar de los polluelos que picaban el suelo afanosamente. Ninguna voz, ningún sonido humano, ningún ladrido salía del interior de la casa usualmente atestada de animales y gente. "Qué raro", pensó Isabel. Sabía que su madre estaba dentro, porque guardaba cama. Así que depositó en un altillo el manojo de berzas que su padre le había encargado recoger, se quitó los zuecos sucios de barró y empujó el portón. Olía a humo, a humedad y a rancio."
     Han debido de pasar tres años desde que leí El imperio eres tú y unos cuatro desde que Javier Moro lo publicó, pero conservo el buen sabor de boca que deja una historia bien construida. Por eso no dudé un momento en acercarme a la librería para hacerme con su último título, y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, A flor de piel.
Conocemos a Isabel Zendal cuando aún es niña y vive con su familia en Galicia. Una familia que es pobre de solemnidad y cuya situación se ve agravada tras la muerte de su madre. Su padre, en un intento por mejorar sus vidas, consigue enviarla a servir a la ciudad, y allí comienza la nueva vida de esta mujer que llegaría a formar parte de una gran expedición filantrópica para vacunar contra la viruela a las colonias españolas en América. El grueso de la historia lo formará la expedición dirigida por Francisco Xavier Balmis, un médico entregado a su trabajo y la búsqueda del reconocimiento de éste. Así saldrán de España con esa gran misión y utilizando, contra todo pronóstico, huérfanos para portar el virus de la viruela.
     Javier Moro nos da una lección de historia al recuperar del olvido una de las más grandes misiones que realizó nuestro país. En el año 1803 la María Pita partió de La Coruña con una misión magna que, lamentablemente, nadie parece conocer. Y lo hace además arrojando luz sobre un personaje del que poco o nada se sabía salvo, tal vez, un puñado de estudiosos: Isabel Zendal, que aparece convertida en el eje que mueve la historia de Javier. Una mujer fuerte, acostumbrada a luchar y valerse por sí misma, que será la encargada de captar y trasladar de forma adecuada a estos niños en una misión que tendrá que lidiar contra las inclemencias del tiempo, las enfermedades, el hambre y la oposición de mucha gente. La acompañaremos junto a Balmis y a Salvany, el director de la expedición y su "segundo", dos médicos que aportarán dos maneras diferentes de ver y enfocar la vida, pero que les llevarán a ambos a embarcarse en esta magnífica misión. El coraje, el carácter duro y la capacidad decisoria de Balmis, contrastan con la humanidad y la fuerza de voluntad para sobreponerse a su débil naturaleza de Salvany. Ambos, junto a Isabel, protagonizarán no sólo esta titánica gesta, sino también un triángulo en el que tienen cabida las pasiones, los consuelos y los celos.
     El autor nos sitúa en una época en la que la viruela era el mal más temido que podía llegar a una población, una enfermedad que causaba la mortalidad en un tercio de quienes la padecían y cuyas secuelas eran tan temidas casi como la muerte. Y que, además, no respetó jamás las clases sociales. Nadie parecía estar a salvo de este mal. Por eso el comienzo de la vacunación, la aparición de la vacuna para poder frenar la enfermedad, fue un momento de capital importancia. Y Javier no sólo nos muestra eso, sino también las voces que se alzaron en contra de esta nueva práctica, considerada por muchos una aberración (y uno no puede hacer otra cosa que recordar las noticias que aparecen en los últimos tiempos sobre las vacunas, tema que parece volver a estar de actualidad), aportando una visión global que permite al lector situarse perfectamente, no sólo en los barcos durante los viajes, sino también en las calles de las ciudades que iban visitando.
     Una gran novela histórica que ha sido un placer leer, con momentos duros y momentos tiernos, que consiguen que el lector no quiera despegarse de la historia. Una labor documental que intuyo magna, pero de la que Javier Moro no presume, no ata el ritmo a la necesidad de aportar cada dato, sino que consigue una fluidez natural que aviva el interés por conocer el final de cada uno de sus protagonistas.
     En definitiva, una historia totalmente recomendable que rescata un episodio de la historia de España que, al menos en mi caso, desconocía totalmente.
     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
     Gracias

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