Después de un año y medio de mi post "Bajo Control" sigo sin haber aprendido a no contar, a no controlar, sin aprender a dejarme ir. Sí, sigo hermética y anclada en mi hoja excel. He estado una buena temporada sin piscina, inmersa en un parto de papel que un día u otro os enseñaré. Sin tiempo ni energía para pensar en contar piscinas, ni en seguir series de diez. Pero he vuelto al agua y con ello a recordar lo que significa para mí. Y sigue siendo cierto que la primera parte es pura matemática. Diez series espalda, diez series... diez series... Y durante ellas la cabeza que no para. Mientras cuento, la cabeza que no para. Siempre se ha dicho que Esther es una cabecita inquieta, creedlo. ¡24h de asistencia garantizada!Después de la parte dura, la necesaria para cansar cuerpo y mente, me dejo ir. Ahí sí. Y todos mis días de piscina los acabo de la misma manera. Flotando. El máximo tiempo posible. Con mi cuerpo a flote un buen rato, oídos sumergidos. Es entonces cuando escucho mis pensamientos bajo el agua, es mi mayor momento de reflexión. Donde escucho de verdad qué pasa en mi cabeza, qué necesito, qué debo hacer, eliminar, qué debo empezar. Tan sólo ahí flotando es cuando me soy sincera 100%. De ahí surgen los posts, las labores, los mails, las confesiones, las llamadas, las listas, los deseos... ¡todo!
Vuelve a ser un post sin nada de labor, porque ésta se está cociendo a fuego lento. El final de curso apura el tiempo, el verano está aquí y entonces habrá tiempo de sobra para todo. En mi post anterior del agua os decía que os iría presentando ilustraciones de mi serie de maravillas acuáticas y año y medio después vuelvo con ello. Sí, lo sé, muy disciplinada hasta que pierdo el norte. Esta ilustración que veis no acaba aquí. Se trata de una serie llamada Alone deCosmosnail. En ella aparecen personajes solos en la piscina, en la nieve, en el hielo, en el espacio... Son preciosas y poéticas, ¡miradlas! El individuo y la soledad, allí dónde le encuentre. Ya sabéis, las ilustraciones y yo.
Espero que vuestras labores sigan en marcha, vuestras cabezas también y que sí seáis capaces de dejar de contar y dejaros ir, ¡sin miedo! Sólo hay una vida y no hay que ser cobardes, el próximo día ¡prometo no contar piscinas! Sigue la labor, no temáis, no me he ido del todo.