Hace unos días,nos tocó limpiar la piscina.A nadie le gusta ayudarme.Mis hijos,lo hacen a regañadientes y a punta de prohibir el PS,por siempre.
Ese día,llegó el papá temprano del trabajo y luego de almorzar (eran como las 4 de la tarde),se nos unió a l trabajo,de sacer el agua con baldes y regar el jardín.Hacía mucho calor y de pronto,empezaron a llover baldes de agua por todos lados.El griterío de mis hijos,sus risas,la alegría que tenían en sus caras,es imposible de describir.Jugamos por más de una hora y luego paramos un rato,siguiendo en lo de regar el jardín.Despues de una rato,volvimos a tirarnos agua,quién mojaba más,quién quedaba menos mojado...Aquel,que dice que el autismo no deja alegrías,está sumamente equivocado.Ojlalá,hubiera tomado fotos,para poder mostrárselas,pero con la alegría del momento,ni se me ocurrió.Éramos cuatro riendo a todo dar.Todos mojados,alegre y cansados.El mejor regalo que nos pudimos dar éste año,fue la piscina:nos relaja,nos refresca y nos une más como familia.Y mis críos,felices.