Hoy quiero hacer de este canto
agridulce apología,
frutal pregón otoñal,
estrofas que al paladar
lleven deleites de campo.
De campos de medianía
con sus valles de verdura
donde reposan las brumas
en frescas amanecidas.
Y celebrar esta fiesta
saboreando manzanas,
fruto bíblico y sensual,
que no es pecado venial
estirarse y alcanzarlas.
No sé por qué al deseo
lo pintaron de manzana
en mano de hermosa dama
de cuerpo esbelto y turgente,
yo creo que es bueno y urgente
el cambiarlo por la breva
ya que el pecado de Eva
pobló este mundo de gente,
y no culpar a esta fruta,
redonda, fresca y vital,
de aquel impulso animal
y del placer consiguiente.
Extraído de su próximo libro, El Jardín de lo boliches
Esta entrada tiene como propósito rendirte un cariñoso homenaje y desearte una pronta recuperación. Y como el mal que te aqueja, no te impide ni pensar ni escribir, aprovecha el tirón para seguir clavando tus versos allá donde tu corazón te dicte. Salud, amigo que buena falta hace.