
Hoy ha nevado en Madrid.
La nieve siempre me ha producido un sentimiento de calma, de paz, quizás sea por ese silencio que se figura, un silencio que lo envuelve todo. Y lo cierto es que en estos días en algún momento se agradece un silencio blanco donde las voces de miles de protestas quedan en una melodía suave de fondo.
Y miro a la gente que resguardados los más miedosos bajo un sombrío paraguas, portan un semblante de resignación sin a penas darse cuenta de que el paisaje cambia por momentos volviéndose blanco y diferente. Los más osados despojados de nada que les guarde de la fría nieve, entornan sus ojos ante la insistencia de esos pequeños copos que pretenden meterse en aquel lugar que nosotros queremos preservar, pero portan una pequeña sonrisa ante el fenómeno meteorológico y de vez en cuando alzan sus cabezas para poder ver pequeñas motas grises ante el blanco intenso del cielo.
Algunos según se iba formando el suave y débil manto blanco bromeaban diciendo que “Madrid se vestía de blanco” Por la victoria de ese equipo de futbol del mismo color ante su eterno rival…
En poca estima tienen a mi maravilloso Madrid, que es mucho más sensible, poético y pensante que muchos de los que le otorgan cualquier tipo de banalidades, pero que quizás sea una de las grandezas de esta Ciudad, sirve lo mismo para un roto que para un descosido a pesar de que la mayoría de las veces hace unos maravillosos bordados, con hilos de suspiros en puntadas de sentimientos.
Hoy Madrid ha hecho uno de los bordados más hermosos, un bordado resistente pero suave y delicado a la memoria del no menos resistente Stephanne Hessel, que poniendo fin a sus días en este mundo a la edad de 95 años nos ha dejado el mejor de los legados, un pequeño libro de tan solo 32 paginas con un titulo corto pero contundente “ INDIGNAOS” El pensador, escritor diplomático y resistente francoalemán será recordado por muchos que en sus palabras encontramos la suficiente fuerza para seguir resistiendo.
Hoy Madrid ha querido despedir al pensador que recibió con todo el calor que esta maravillosa ciudad y sus vecinos tratamos de ofrecerle cuando nos visito, con un traje de gala, un traje distinto y blanco con la esperanza de que los pensadores y filósofos no desaparezcan jamás a pesar de que algún Ministro de Educación intente eliminar carreras de humanidades por el miedo a lo que estas representan, que no es otra cosa que el pensamiento libre y colectivo.
Descanse en paz
