Se murió Videla
Gabriela Vargas
Se murió Videla.
Se murió en la cárcel.
Cuando estuvo vivo fue por muchos años el dueño de la vida y la muerte, nos convirtió en "blancos móviles", nuestra vida no valía NADA.
Fue un orgulloso artífice de la miseria planificada y la televisión nos mostraba, cada vez que aparecía en cámara en aquellos años, su infinita alegría mientras nuestros compañeros sufrían las peores torturas, mientras las madres buscaban con ojos desesperados una pista, una señal, una palabra para encontrar a sus hijos.
Este asesino, que durante años se la pasó en su departamento de Belgrano gracias a las infames leyes de punto final y obediencia debida se murió durmiendo....pero cuando estaba despierto no dejaba de enorgullecerse por la muerte, por la tortura, por el secuestro de los hijos de nuestros compañeros.
Fue fiel a su ideología putrefacta hasta el último minuto, porque nunca dio un solo dato, cumplió con su pacto de silencio hasta el último minuto.
Se murió en la cárcel... se murió durmiendo.
Se murió en la cárcel porque nosotros cumplimos con nuestro deber, con el deber de seguir persiguiendo justicia, porque no perdonamos, porque no olvidamos, porque no nos reconciliamos, ni con él ni con los miles que todavía andan por ahí dando vueltas.
Se murió durmiendo...y ahora nosotros deberemos seguir haciendo lo de siempre, deberemos seguir bien despiertos, con todas las heridas encima, buscando que se abran los archivos que esta hiena no nos dio, buscando a los hijos de nuestros compañeros que este asesino serial no devolvió.
No podemos responder ante esta muerte con hipocresía, ninguna cara de circunstancia para este asesino, ningún respeto para sus huesos, ni el trabajo de los gusanos va a poder darle el aspecto monstruoso acorde con el dolor que nos causó y nos sigue causando.
Se murió Videla, el símbolo de la muerte, de la miseria, de la desaparición, del silencio, del frío.
Se murió Videla compañeros y da bronca, mucha bronca pensar que antes se murió Adriana Calvo, que en estos años se murieron tantos compañeros que sufrieron la cárcel o la desaparición, antes se murieron tantas madres que buscaron y buscaron y no encontraron ni siquiera el bálsamo de poder ver a este asesino preso.
Se murió Videla y quiero que mis hijas y los hijos de mis hijas sepan que se murió un asesino tan despreciable que no hay manera de pensar que pudiera pagar sus culpas.
Por eso no quiero que se organicen fiestas donde nuestros compañeros fueron torturados. Porque para no tener otros Videlas ni acá, ni en ninguna parte del mundo, tenemos que asegurar un odio tan grande como la pasión que estos asesinos quisieron matar.
EL RINCÓN DE ANAHÍ