Esta tarde he estado discutiendo con un cliente la estructura óptima del sistema de control económico contable que le estamos montando. Hemos determinado que bastaba con hacerlo a dos niveles: linea de negocio y cliente. De este modo podrá disponer mensualmente de la cuenta de resultados por ambos conceptos.
Lo hemos convencido de no añadir los conceptos de división y proyecto. Hacerlo supondría complicar en exceso el sistema contable.
Lo ha entendido. Hacerlo hubiera supuesto caer en la enfermedad empresarial que se conoce como “parálisis por el (exceso) de análisis”.
No siempre ocurre así. Muchos sistemas de control empresarial mueren antes de nacer por exceso de ambición. Lo importante es disponer de información que sirva para tomar decisiones y que sea fácil de recoger. Ya lo decía Baltasar Gracián: “lo bueno si breve, dos veces bueno”.