De pequeña no me gustaba la horchata, ni la horchata ni el melón. Mis veranos no estaban conectados con ellos. Y ahora en cuanto llega el calor es sinónimo de cenas con melón y de horchatas, muchas horchatas. En casa, en las terrazas... ¡a todas horas!
Como nos gusta tanto a los dos, este año hemos tomado una decisión, sabia decisión, de hacer nosotros nuestra propia horchata, si si como lo oís.
Acudimos a Casa Verit de nuevo y compramos las chufas a granel, 300 gramos. Y nos hicimos con un colador de tela que tampoco teníamos y era súper necesario para nuestra misión.En Verit nos dieron su receta, pero nosotros hemos querido hacerla con la Thermomix, ya veis sacándole partido a tope! Después de buscar y rebuscar en las webs nos decidimos por la de Thermorecetas, pero sin limón ni canela.
Primero de todo pusimos las chufas en remojo durante un día y medio más o menos y fuimos cambiando el agua cada pocas horas. Luego en un plis plas estuvo hecha, y aunque tuvo que tener reposo en la nevera para que estuviera bien fresquita, esperamos como pudimos y al día siguiente nos deleitamos con su gusto, con su aroma a chufa de verdad, sin excesos de azúcar, ni conservantes de ningún tipo. ¡Fantástica!En nuestra casa dura un suspiro esta botella, así que creo que haremos muchas visitas a por chufas este verano. El trabajo que cuesta queda compensado por su sabor, os lo aseguro. Si no tenéis thermomix, ¡tranquilos! Rubén os ha colgado la receta para hacerla en vuestras casas sin problema. ¡Si es que el que no disfruta es porque no quiere!