Nueva Zelanda, 1875. Lizzie y Michael Drury han cumplido el sueño de tener una granja de ovejas, y ante ellos parece abrirse un futuro prometedor. Pero su vida se descontrola de repente cuando su hija mayor, Matariki, es secuestrada por un líder maorí. Mientras Michael hace todo lo posible por recuperar a su hija, en la familia Burton un acontecimiento sorprendente llena de alegría a Kathleen: su hijo Colin vuelve a Nueva Zelanda. Sin embargo, nadie sospecha las consecuencias de este regreso...
2º Trilogía Kauri
El final de Hacia los mares de la libertad te deja con esa ansía voraz de saber qué ocurrirá a continuación en la vida de todos sus protagonistas. Por suerte la espera no ha sido demasiado grande.A la sombra del Árbol Kauri comienza unos cuantos años después, justo en 1875 en Nueva Zelanda.
Allí nos encontraremos con qué la hija mayor de Lizzie y Michael, llamada Matariki, es ya una adolescente, una joven que está a punto de ser secuestrada. Buena parte de la novela se divide en dos historias, por un lado de la Matariki. Para los que hayáis leídos la primera novela sabréis que es miembro de los maoríes. Dentro de está tribu hay algunas más pacíficas y otras más radicales, es una de estas últimas la que secuestra como hija de las estrellas, jefe de la tribu, y por tanto debe estar al frente de la misma y plegarse a sus costumbres y tradiciones. Matariki no se ha criado como tal y por tanto le cuesta entender el odio hacia los pakeha - no maoríes - y la mayoría de sus costumbres.
Pero ese cautiverio servirá para que Matariki se erija como defensora de la paz entre los dos pueblos. Luchará incansablemente porque se siga llevando a cabo el Tratado de Waitangi por el que se garantizaba la igualdad y derechos entre ambos y para ambos pueblos. Reconozco que los capítulos de Matariki se me hicieron pesados en algunas ocasiones, y es porque la otra historia era muchísimo más interesante. Katherine y Peter, junto a su hija Heather, abandonan Nueva Zelanda para viajar a Londres. Allí deben reclamar una propiedad que le ha quedado como herencia a Peter, sus planes son venderla y regresar a su hogar. La casa está establecida en un pueblo minero y es allí donde aparece la que será, junto con Matariki, las protagonistas indiscutibles de esta novela. Violet Paisley es una joven de trece años acostumbrada a la indigencia que existe en su casa. Su padre y su hermano trabajan en la mina pero se lo gastan todo en la taberna, dejando a su madre, hermana pequeña y a ella misma sin dinero para subsistir. Las borracheras y las palizas son diarias. Hasta que un día algo ocurre y todo cambia.
Violet y su familia acaban viajando a Nueva Zelanda con Heather y James con el fin de labrarse un futuro mejor. Pero allí las cosas no cambian, Violet se hace cargo de la casa y se convierte en la madre de la pequeña Rosie, sigue sin entrar dinero en casa y ahora es ella el foco de las palizas. La vida de Violet es un verdadero calvario, hace malabarismos para mantener ella sola a la familia sin que nadie se percate de ello. Y como le ocurrió a Katherine acaba en manos de un hombre horrible. La historia se repite una vez más. Violet repite los patrones de la vida de Katherine, uno por uno. Es horrible ser participe de las injusticias que se comenten con Violet así como con la pequeña Rosie. Casi ocho años después todo cambia, algunos hombres como Sean Coltraine - hijo de Katherine - se posicionan de lado de las mujeres, quiere que los gobernantes admitan sus derechos como personas y que les otorgue el derecho al voto.
La revolución es inminente y Violet se mete en ella de lleno aunque ello signifique que el regreso a casa sea un infierno.
Pese a sus más de ochocientas páginas la novela se lee con muchísima facilidad. Sarah Lark es una reina a la hora de sumergir al lector en sus historias y giros. Gracias al reconocimiento de derecho al voto de la mujer en Nueva Zelanda, por primera vez en el mundo, y la "guerra" entre maoríes y pakeha esta novela tiene muchísima más historia que la anterior. Pero aún así la autora no ha dejado de lado las historias personas de las protagonistas principales - Matariki y Violet - ni de sus secundarios como Katherine y Peter, Lizzie y Michel, Heather, Sena y Colin...nos encontraremos con muchos de la primera novela y descubriremos como han ido evolucionando. Por cierto que el futuro de Heather es totalmente rompedor para la época.
En definitiva, A la sombra del Árbol Kauri es un homenaje en toda regla a las mujeres. A aquellas que mantenían sus familias, a las que eran maltratadas por sus maridos y aún así seguían adelante con entereza. A las que lucharon por cambiar el rumbo, porque sus hijas y nietas tuviera un futuro mejor en el que poder tener voz en un mundo gobernado por hombres. Una novela de mujeres, de su lucha, fortaleza y tesón. Una vez más una maravilla.