La ciudad de VITORIA, es la protagonista de esta historia. Toti Martinez de Lezea nos situa en la Vitoria del siglo XVI, en sus calles y sus gentes, y en las intrigas politicas y de poder que subyacen en la ciudad.
El cardenal Adriano de Utrecht, recibió la nóstica de su nombramiento como Papa de la iglesia católica de Roma estando en Vitoria, en el año 1522 en los primero días de enero. El que fuera conocido como Adriano VI, en el momento de su nombramiento era la gran inquisidor y co-regente de España en nombre del emperador Carlos V.
El recién nombrado Papa, permaneció en Vitoria hasta marzo, y durante estos meses la ciudad se vio desbordada por distintos y numerosos visitantes: prelados, embajadores, nobles y fieles que deseaban rendir pleitesía al nuevo Papa e invocar favores y prebendas.
Alrededor de la posada conocida como el Portalón, se esta gestando una intriga política que va a afectar a la vida de todo Vitoria y quizás del reino. Blas el posadero y su mujer Francisca callan y miran hacia otro lado, que hay que mirar por el bien del negocio.
Isabel su hija se enamora de Hernando Ruiz de Gazeo, un pintor que ha de refugiarse en la catedral, acusado de asesinato injustamente, ya que ha sido elegido para que cargue la culpa de un alto personaje. Acogido a sagrado, pinta en las paredes de la catedral una imagen de la Virgen María, que tiene la cara de Isabel.
Mientras tanto una serie de personajes, como Pedro Martínez de Álava, procurador general de la ciudad, teniendo que lidiar con todo el lío que se ha organizado a cuenta del nombramiento del nuevo Papa.
Nicolás maestro carpintero, que realiza obras en la catedral, y se convierte en el confidente de Hernando.
La rica dueña Otxanda haciendo equilibrios para mantener su poder y su libertad, mientras busca un marido que no solo aporte riqueza a su casa. Lope hermano del comunero Gonzalo de Baraona, ejecutado en Vitoria y el mismo buscado y en captura. Todo ello forma la trama de una interesante novela.