martes 17 de noviembre de 2015 - 12:00 a.m.
‘A la tierra que fueres, haz lo que vieres ' es la recomendación más coloquial para los que visitan otros países.Gabriel J. Perea R.
[email protected]‘A la tierra que fueres, haz lo que vieres ' es la recomendación más coloquial para los que visitan otros países. Recomendación que puede connotar muchas interpretaciones. El no ser rechazado por los ciudadanos, el no infringir una ley o el no irrespetar las costumbres y tradiciones del país visitado. Hasta ahí vamos bien, pero qué se puede decir si los ciudadanos de ese país tienen costumbres cuestionables.Si el extranjero observa que el panameño tiene costumbres, por no decir otras cosas, que distan mucho de ser aceptables, entonces cómo podemos criticarlo o sentirnos ofendidos cuando ellos nos perciban como corruptos o juegavivo. A qué viene todo esto, pues vea usted que solo vale caminar un poquito en un ‘mall ', entrar a un restaurante o increíblemente comprar una empanada al chichero ambulante para percatarse de cuántos extranjeros están laborando en nuestro país.Estamos hablando de que los dependientes en muchos establecimientos son extranjeros, colombianos, ticos, venezolanos, eso no tiene nada de malo, siempre y cuando esa mano de obra fue contratada en complimiento de las leyes, pero no es así en muchos casos, quizá más de lo que las autoridades quisieran reconocer, y debemos tener bien claro que para trabajar en Panamá como en la mayoría de los países que dicen ser civilizados, si no eres nacional tienes que tener un permiso de trabajo y tus documentos en orden, con una visa que te permita laboral, si no estás infringiendo la ley, tanto el trabajador como el empleador.Teniendo en cuenta que esto está sucediendo en todo el país, principalmente en el sector servicio aquí en la ciudad capital y que es una realidad, debemos hacer las cosas bien en beneficio del país. Comenzando no debemos criminalizar a esa mano de obra extranjera que está tratando de ganarse la vida honestamente, para ellos no ha sido fácil abandonar su tierra para aventurarse a lo desconocido, y son afortunados que siempre hemos sido un país que acoge a los visitantes gustosamente, aunque en ocasiones nos menosprecien.Sin embargo se está explotando la desesperación humana al permitir que se contraten fuera de la ley a extranjeros, quienes por ganar un sustento aceptan cosas que un panameño no. No tienen prestaciones, no tienen seguridad social, no están pagando los impuestos y, ante cualquier abuso patronal, están indefensos. Y no utilicemos la excusa de que están prestando servicios profesionales, porque igual para esta figura deben cumplir con las leyes vigentes.La contratación de extranjeros como mano de obra barata no debe ser una práctica aceptable para nadie ni para los extranjeros ni para las autoridades ni para el ciudadano común, pero tampoco se debe convertir en casería de indocumentados, es hacer cumplir las leyes para el beneficio de todos, principalmente de aquellos que vienen a hacer este país más próspero, integrándose, cumpliendo las leyes y respetando al panameño. Esos, bienvenidos sean.